EL FRAUDE DEL DESASTRE
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Imagen: lopezobrador.org |
Luego de los sismos del mes de septiembre de
2017, en su afán por “cachar” votos lucrando con la desgracia y con las
emociones producidas por ésta entre los mexicanos, los partidos políticos se
enfrascaron en una “competencia” por ver quién “donaba” más dinero de sus
prerrogativas en apoyo de los damnificados.
Fue el entonces dirigente nacional y precandidato
presidencial de facto de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien comenzó la
“puja”, al anunciar que su partido “donaría” 20 por ciento de sus prerrogativas
de campaña para los damnificados del sismo del 7 de septiembre.
Pronto se unirían a ese “coro” de
“samaritanos” tanto el PAN como el PRI e incluso el Instituto Nacional Electoral,
que les diseñó en la “renuncia” a sus prerrogativas la salida “legal” a los
partidos para, supuestamente, entregar esos recursos a los damnificados, a
pesar de que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales
(Legipe), así como la propia Constitución General de la República, prohíben
utilizar el financiamiento público de los partidos políticos para fines
distintos a los que están establecidos, y que son sus actividades
ordinarias permanentes y las campañas políticas en búsqueda del voto popular.
Desde entonces, había un singular tufo de
demagogia del que nadie quería percatarse. “¡Que le devuelvan el dinero al
pueblo!”. “¡No más recursos públicos a los partidos!”. “¡Sí se puede usar para
los damnificados!”. “¡Ni que la Legipe fuera ley natural para no modificarla!”,
fueron algunas de las consignas para convalidar lo que claramente era un
ejercicio de propaganda electoral a costa de la tragedia de miles de personas
que lo perdieron todo.
El 26 de septiembre de 2017, López Obrador
anunció la creación del fideicomiso “Por los demás”, en el que Morena
depositaría recursos por 103 millones de pesos que –otra vez, se supone- se
destinarían a 45 mil damnificados por los sismos, buscando –y ganando- el
aplauso encendido de su audiencia.
Y resulta que todo fue un engaño. La Unidad
de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral encontró que al fideicomiso
73803 le fueron depositados 78.8 millones de pesos -de los cuales, 44 millones fueron
en efectivo, 14.7 millones en cheques de caja y 19.7 a través de transferencias-,
mientras que fueron retirados y cobrados en efectivo 64.4 millones en favor de integrantes
de Morena.
Lo grave es que no hay evidencia alguna de
que se haya entregado un solo peso a los damnificados, y sí en cambio, de
acuerdo con el INE, de que se utilizó un esquema para triangular y entregar ese
dinero a candidatos de Morena que contendieron en las campañas que concluyeron
hace unas semanas, y por lo cual el órgano electoral le impuso a ese partido
una multa de 197 millones de pesos. La tercera más alta de la historia política
moderna, solamente superada por las impuestas por el “Pemexgate” al PRI y por
“Amigos de Fox” al PAN.
Contra las acusaciones de una “conjura”
contra Morena y el lopezobradorismo que ya lanzan sus corifeos, cabe hacer
mención que el INE contaba con los elementos suficientes para emitir esta
sanción días antes de las elecciones del 1 de julio. Y no lo hizo, a sabiendas
de que con ello beneficiaba a ese partido y a sus candidatos, empezando por el
presidencial, que aplastaron a sus contendientes en los comicios.
¿Hubiera sido el resultado electoral el mismo
de haber actuado el INE cuando debía hacerlo? Nunca lo sabremos. Lo cierto es
que pasamos de la demagogia al fraude del desastre. Y al final, que la multa se
pague con recursos públicos. Esos mismos que juraron iban a donar.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Simulación = corrupción
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