EL BOTÍN DE LA POBREZA
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Fotografía: archivo |
Desde que se crearon los programas sociales
oficiales basados en el asistencialismo, el supuesto del combate a la pobreza
no ha sido otra cosa que la conquista de un botín político proveniente de la
necesidad y la marginación.
Por ello es que terminar con esas condiciones
de vida nunca ha sido el verdadero objetivo de este tipo de programas. Por el
contrario, mantener la pobreza e incluso la miseria representa para la clase
política de este país una magnífica oportunidad, una plataforma sobre la cual
alentar aspiraciones mediante el condicionamiento de apoyos y dádivas a los
sectores sociales necesitados, que a su vez han aprendido a hacer de ello su modus vivendi.
De este tipo de prácticas no hay partido que se
salve. PRI, PAN, PRD, Morena y demás denominaciones políticas le han entrado
con fe al jugoso botín de la pobreza, que les representa posiciones políticas,
cargos públicos e incluso su supervivencia.
El abrumador proceso electoral de 2018 no será
la excepción. De hecho, todos los partidos políticos están a la caza de sus
respectivas clientelas entre los sectores más marginados. Y para eso llevan
mano quienes tienen en sus manos el manejo de presupuestos destinados al
asistencialismo.
Por ejemplo, en Veracruz, a pocos días de que
den inicio los procesos electorales federal y estatal, el gobernador Miguel
Ángel Yunes Linares anunció que se incrementará el número de beneficiarios del
programa social estrella de su administración: “Veracruz Comienza Contigo”,
mismo que es operado por la Secretaría de Desarrollo Social estatal, encabezada
por una de las funcionarias “favoritas” del régimen, Indira Rosales.
Dicho incremento de beneficiarios es de 300 mil
familias más que serán inscritas al referido programa. De acuerdo con el propio
Yunes Linares, el objetivo es que “más de medio millón de familias tengan
acceso a las acciones de esta estrategia estatal de combate a la pobreza”.
Esto se sumará a las casi 300 mil familias
veracruzanas que ya son beneficiarias de “Veracruz Comienza Contigo”, cuyos
alcances son más bien magros, pero muy efectivos en época electoral, pues
incluyen apoyo alimentario, servicios de salud, becas y otras tantas acciones
similares que caracterizan este tipo de políticas públicas, que no resuelven
ningún problema de fondo. Ni es ése su cometido.
El botín es enorme. De acuerdo con las últimas
cifras dadas a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (Coneval), entre 2012 y 2016 los habitantes del estado de
Veracruz en situación de pobreza pasaron de cuatro millones 141 mil 800 a cinco
millones 49 mil 500. Casi un millón más en los últimos cuatro años.
Estas cifras representan al 62 por ciento de la
población de la entidad veracruzana. Un aumento que además va contracorriente
de las cifras que arrojan la mayoría de los estados del país, salvo los del
sureste.
Que más de la mitad del estado viva en la
marginación es una noticia espléndida para los políticos en la víspera del
inicio de un proceso de renovación en los cargos de poder público.
Pero sin duda alguna, es un estrepitoso fracaso
para todos los gobiernos de los últimos años. En todos los órdenes. Pero
mientras “siga la mata dando”, qué más les da.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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