LA GIGANTESCA FOSA
Fotografía: José Lozada |
El
caso de los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca a manos de la policía
estatal ha revelado a la opinión pública nacional la magnitud de un problema
que en Veracruz fue acallado durante años.
Mientras
continúan buscando -sin éxito, hasta el momento de escribir estas líneas- a los
jóvenes que la policía entregó a un grupo criminal en Tierra Blanca, las
autoridades sólo han encontrado cadáver tras cadáver de otras personas, tirados
en parajes, calles y carreteras o enterrados en fosas clandestinas, tan sólo en
la región en la que pudieran estar los plagiados.
En
la zona de Xalapa, al menos 20 cuerpos fueron ingresados al Servicio Médico
Forense este martes 26 de enero. También se reportaron homicidios y hallazgo de
restos humanos en localidades de Boca del Río, Rinconada, Rafael Lucio, Corral
Falso, Minatitlán y Las Choapas. Todos con huellas de tortura.
Se
trata de una espeluznante oleada de violencia y muerte que el gobierno estatal
no sólo es incapaz de detener, sino también ya de ocultar. El mito del estado
seguro se les desbarata entre las manos al gobernador Javier Duarte de Ochoa,
al fiscal Luis Ángel Bravo Contreras y al secretario de Seguridad Pública
Arturo Bermúdez Zurita.
Lo
peor para las autoridades es que mientras más tiempo pasa, más cadáveres
encuentran, menos los de los muchachos que tienen contra la pared al gobierno
veracruzano, que como nunca antes, ahora sí está agarrado a un clavo ardiente
que está a punto de caerse.
Porque
como se ha dicho en reiteradas ocasiones en este espacio y los de otros
periodistas del estado, la situación no es nueva. Las desapariciones de
personas, las ejecuciones, la violencia incontenible, llevan años sucediendo en
Veracruz. Sólo que los medios locales callaron irresponsablemente durante todo
el sexenio a cambio de pingües convenios publicitarios que ni siquiera les
respetaron, y los de fuera del estado simplemente no lo quisieron ver.
En
la emisión del programa “Punto de partida” de la noche de este martes 26 de
enero, la periodista Denise Maerker presentó un reportaje sobre la desaparición
forzada de personas a manos de policías en Veracruz, en el que se destaca que
el de Tierra Blanca “no es un caso aislado”.
Y
no lo es. La pieza periodística presenta denuncias de familiares de
desaparecidos en Ciudad Cardel y Úrsulo Galván, en las que el común denominador
es que el encargado de la policía estatal al momento de esos hechos era el
comandante Marcos Conde, quien hasta hace dos semanas se desempeñaba como
delegado de la Secretaría de Seguridad Pública en Tierra Blanca y que hoy está
preso por su responsabilidad en la desaparición de los cinco jóvenes.
“Desde
hace años, la entidad vive una crisis de desaparecidos. El informe de labores
2014-2015 de PGR señala a Veracruz con el mayor número de casos investigados
por la Unidad Especializada en la Búsqueda de Personas Desaparecidas”, refiere
el reportaje, que también alude desapariciones en la comunidad de Potrero Nuevo
y en las ciudades de Córdoba y Veracruz, en las que de igual manera participaron
policías estatales.
El
lunes 25 de enero, familiares de desaparecidos se manifestaron durante varias
horas afuera de las instalaciones de la Fiscalía General del Estado y
demandaron juicio político contra el gobernador Javier Duarte “quien ha
permitido que Veracruz se convierta en un estado en donde la policía está
secuestrando a los jóvenes”, así como juicio penal contra Arturo Bermúdez,
responsable de todos los policías de la entidad.
“No
nada más son los cinco de Tierra Blanca, somos miles los que estamos con
familiares desaparecidos. Pero nuestros casos están en el olvido. Tenemos
investigaciones con cuatro o diez tomos, pero no aparecen”, sentenció Sara
Rodríguez González, del Colectivo por la Paz Xalapa.
Mientras
más escarban, brotan con más fuerza, entre los cadáveres, las pruebas del
enorme daño que este gobierno le ha hecho a Veracruz.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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