ESTADO DE EMERGENCIA
Fotografía: Archivo |
No le falta razón ni exagera la diputada federal de
Morena por Coatzacoalcos, Rocío Nahle, al afirmar que Veracruz está en estado
de emergencia debido a la inseguridad y violencia desbordadas.
Aun cuando la Fiscalía General del Estado insiste en su
versión de que fueron únicamente tres los cuerpos humanos encontrados en una
barranca ubicada a menos de 15 minutos de las instalaciones de la Academia de
Policía de El Lencero, donde acostumbra despachar el secretario de Seguridad
Pública Arturo Bermúdez Zurita, diversos medios de comunicación coincidieron en
señalar que el número de personas asesinadas que se localizaron en ese paraje
asciende a más de una docena e incluso existe una versión, atribuida a la
diputada local del PRI Minerva Salcedo, de que serían hasta 22 los cadáveres hallados.
Lo que sí es incontrovertible es que mientras al fiscal
Luis Ángel Bravo Contreras no le cuadraban las cuentas de los muertos que le
aparecen por racimo por toda la entidad, en Coatzacoalcos se perpetraba un
crimen más, éste cargado de resonancia política, mal augurio de lo que puede
suceder en las campañas que ni siquiera han iniciado.
Afuera de su domicilio en el antiguo Puerto México fue
atacado a balazos José Gertrudis Guízar Valladares, quien falleció en el
hospital a donde fue trasladado para recibir atención médica.
Como sus apellidos lo indican, se trataba del hermano del
diputado federal y dirigente estatal del Partido Encuentro Social, Gonzalo
Guízar Valladares, quien no descartó un móvil político en la ejecución, pues
apenas unos días antes él había manifestado su negativa rotunda a coaligarse
con el PRI en los comicios locales de este año.
La noticia de este crimen escaló de inmediato a nivel
nacional, pues el presidente nacional del Partido Encuentro Social, Hugo Eric
Flores Cervantes, demandó que la investigación sea atraída por la Procuraduría
General de la República, ya que no confían en las autoridades del gobierno de
Veracruz.
Desmoronándose frente a nuestros ojos las instituciones
del estado, el secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita salió por
fin a dar la cara. O bueno, eso intentó aparentar, pues convocó a una rueda de
prensa a la que se dejó pasar únicamente a reporteros de medios
“representativos” –cualquier cosa que el funcionario y sus empleados crean que
eso signifique–, que escucharon y reprodujeron tal cual el manido discurso de
la “cero tolerancia” contra los delincuentes y los “malos” policías. A lo mejor
Bermúdez esperaba que llegaran únicamente reporteros de la fuente de sociales,
en la que tanto le gusta aparecer.
Puesta en evidencia la nulidad de las autoridades
estatales para hacer frente al crimen y salvaguardar la integridad de los
veracruzanos, tanto organismos civiles como partidos de oposición demandaron
por enésima ocasión la remoción del secretario de Seguridad Pública, lo cual no
sucederá, pues como ya lo dijo una vez el gobernador Javier Duarte de Ochoa,
primero se va él que Arturo Bermúdez.
Ojalá que al menos nos explique el mandatario o alguno de
sus voceros oficiosos, de todas las cosas mal hechas durante su sexenio que
siguen brotando como los cadáveres de las fosas clandestinas, cuántas nos
quedan buenas de las cien que tan orgulloso presumía hace unos días.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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