OPLE VERACRUZ, ÁRBITRO A MODO
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Fotografía: Archivo |
Se supone que uno de los
objetivos de la más reciente reforma electoral aprobada por el Congreso de la
Unión era quitarle a los gobiernos estatales el control de los organismos encargados
de organizar los comicios locales.
La creación de los
Organismos Públicos Locales Estatales (OPLES) tenía esa finalidad: sustituir a
los institutos locales, supuestamente autónomos, pero que en los hechos son
manejados desde las oficinas del gobierno estatal en turno.
El Instituto Electoral
Veracruzano es un claro ejemplo de lo anterior. Desde su fundación, durante el
sexenio de Miguel Alemán Velasco, fue una institución claramente controlada por
el gobierno, donde éste colocaba a sus operadores (los tristemente célebres
“mapaches”) para desde ahí definir el rumbo de campañas y elecciones.
Incluso, muchos ex
funcionarios del Instituto Electoral Veracruzano después ocuparon carteras en
el Partido Revolucionario Institucional y en el mismo Gobierno del Estado.
Hasta la fecha.
Con la creación del OPLE
de Veracruz, se esperaba que esta situación cambiara y que el nuevo órgano
electoral pudiera ser verdaderamente autónomo, que su actuación se diese sin
ataduras ni compromisos políticos.
Pero eso no sucederá. Todo
el procedimiento para integrar al nuevo consejo general del OPLE estuvo plagado
de irregularidades. Desde el gobierno estatal “metieron mano” para colocar a
consejeros afines a los intereses del grupo gobernante, como primer paso para
establecer las condiciones que les permitan mantenerse en el poder en 2016.
En el mes de julio, la
Red Cívica Veracruzana denunció que la mayoría de los entonces aspirantes a
consejeros del OPLE pertenecen o tienen cercanía con algún grupo político. “Son
pocos, muy pocos las y los aspirantes que no tienen ningún vínculo político con
nadie, los independientes. Resulta preocupante el futuro inmediato del IEV, y
la calidad democrática de los procesos electorales en Veracruz, ya que lo que
acontece pone en entredicho el espíritu de la Reforma Política del 2014, y uno
de sus principales argumentos: el acotar la intervención de los gobernadores en
el Órgano Local y en la designación de las y los consejeros electorales, y
velar por la real ciudadanización de los OPLES”, destacó este organismo civil.
Por
ello, la Red Cívica Veracruzana pidió al Consejo General del Instituto Nacional
Electoral reponer el procedimiento para “evitar la designación de consejeras y
consejeros electorales a modo, ligados políticamente a un partido o a un grupo
político, que no garantizarán un desempeño autónomo e independiente, ni velarán
por el cumplimiento de los principios rectores de la función electoral”.
Como
era de esperarse, en el INE no repusieron procedimiento alguno. Y las
consecuencias están a la vista. Este viernes rendirán protesta como consejeros
electorales personas que no garantizan imparcialidad, certeza ni autonomía para
la conducción de los comicios locales futuros.
El flamante presidente
del OPLE Veracruz, José Alejandro Bonilla Bonilla, quien durará en el cargo
siete años, es alfil del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán. Durante su
sexenio, trabajó en el Ayuntamiento de Xalapa en la Unidad de Acceso a la
Información, y ya en el duartismo, se desempeñó como director de Prevención de
Riesgos de la Secretaría de Protección Civil. Su experiencia en temas
electorales es nula.
Otros consejeros
partidizados son Iván Tenorio Hernández, quien está vinculado con el secretario
del Trabajo y operador electoral del duartismo, Gabriel Deantes Ramos; y Tania
Celina Vázquez Muñoz, quien en 2013 fue propuesta por el PRI para ser consejera
electoral, además de que es hermana de un funcionario estatal, el director del
Colegio de Veracruz Eugenio Vázquez Muñoz, y tiene ligas políticas con el
diputado federal priista Jorge Carvallo.
El OPLE Veracruz será un
árbitro a modo del régimen. Desde ahora, la elección de gobernador del año
entrante estará bajo sospecha.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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