ASFIXIAR A LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA
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Fotografía: Archivo |
El lamentable episodio de la deuda del gobierno de Javier
Duarte de Ochoa con la Universidad Veracruzana tomó un derrotero más grave
todavía, que pone en serio riesgo no sólo a la institución, sino a la
estabilidad misma del estado.
El secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez
Pelegrín, salió con barbaridad de que aun cuando el subsidio estatal para la
Universidad Veracruzana está contemplado en el Presupuesto de Egresos de la
entidad –y de que, además, así lo mandata la Ley de Autonomía de la UV y la
propia Constitución local–, eso “no obliga al Gobierno a otorgarlo”.
En
palacio de gobierno siguen muy molestos con la “rebelde” rectora Sara Ladrón de
Guevara porque pidió ayuda para la Universidad y reveló el monto de lo que el
estado le ha dejado de ministrar a la
institución, más de mil 600 millones de pesos, en detrimento de la educación
superior de todo el estado de Veracruz, recursos que el gobernador Duarte se
negó a reconocer como deuda u obligación alguna para su administración.
En medio de los dimes y diretes, la rectora Sara Ladrón
expresó este jueves que el presupuesto de la Universidad Veracruzana no puede
depender de “simpatías o represalias” y que se debe anteponer la
responsabilidad de atender a la educación superior.
Estas palabras debieron sonar como una explosión de
dinamita en Casa Veracruz, al grado de que Gómez Pelegrín salió a hacer el
papelón de declarar que de lo que depende el presupuesto de la máxima casa de
estudios del estado es “de la disponibilidad de recursos; nosotros debemos
garantizar que todas las áreas del gobierno funcionen, porque así lo requieren
los veracruzanos”. Como si la preparación profesional de los jóvenes fuera
menos importante que pagar sueldos de burócratas privilegiados, como todos los
miembros del gabinete, él mismo incluido.
Pero
fue más allá. El ¿responsable? de las finanzas de la entidad dijo que como en
la Constitución local no se especifican montos ni porcentajes del subsidio del
estado para la UV, el gobierno “ha cumplido” con el marco constitucional al
darle a la institución lo que se les ha dado la gana.
Sólo
que en el Presupuesto de Egresos de 2015 sí se contempla el monto total de lo
que le corresponde aportar al Gobierno del Estado, y que asciende dos mil 465
millones 465 mil 720 pesos, dinero que debió haber estado en disponibilidad
todo el tiempo, por mandato legal, y no por casualidad o eventualidades, como
pretende hacer creer Gómez Pelegrín, otro candidato a enfrentar consecuencias
penales de sus actos en el corto plazo.
Como
Sara Ladrón ya no aguantó más seguir callando y “agachando” la cabeza ante un
gobierno rufián que creía que podía pisotear a la Universidad Veracruzana, y exhibió el grave problema financiero por el
que atraviesa la institución por esta causa, ahora le quieren aplicar la misma
receta de abuso y revancha que utilizan con quienes son dependientes económicos
de la administración estatal y que por motivaciones políticas o de mera víscera,
han “caído de la gracia” del gobernador Duarte: la asfixia financiera.
Lo que al parecer el titular del Ejecutivo estatal no
quiere entender es que está provocando tal clima de inestabilidad en la UV –a
las agresiones financieras hay que sumar las perpetradas contra la seguridad e
integridad física de sus estudiantes–, que el caldo de cultivo ideal para una
revuelta estudiantil está a punto de ebullición.
De
ese tamaño es la irresponsabilidad de Javier Duarte.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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