CASO KARINA REYES: UNA HERIDA ABIERTA
En medio de la vorágine de
injusticias que suceden en Veracruz, ha pasado semidesapercibido un caso que
podría tomar fuerza en estos días: la sentencia en contra de Miguel Ángel Mateos
Escamilla, presunto homicida de la joven Karina Reyes Luna, acaecido en 2008,
todavía en el sexenio como gobernador de Fidel Herrera Beltrán.
Karina Reyes Luna fue
secuestrada en la ciudad de Orizaba en aquel año y tras días de búsqueda,
apareció muerta. Su homicidio causó conmoción no sólo entre los habitantes de la Pluviosilla sino en el
ámbito político del estado, ya que la muchacha era sobrina del arzobispo de
Xalapa, Hipólito Reyes Larios, e hija de uno de los dueños de la Universidad del Golfo,
Luis Reyes Larios, amigo personal del entonces gobernador Herrera Beltrán.
El 15 de agosto de 2008,
Miguel Ángel Mateos Escamilla, quien fuera parte del grupo de amigos de Karina
Reyes, fue aprehendido por elementos de la Procuraduría de
Justicia del Estado acusado de ser presunto responsable del asesinato, justo un
día después de que el arzobispo Hipólito Reyes Larios declarara a los medios
que no había avance alguno en las investigaciones de la muerte de su sobrina.
Desde el principio, la
familia de Mateos Escamilla rechazó la acusación contra éste y denunció
irregularidades en el proceso. No obstante, el pasado mes de julio de 2013 el joven
recibió una sentencia condenatoria de 65 años de prisión, de los cuales ya
lleva cinco y medio encerrado, sin dejar nunca de alegar su inocencia. Junto
con él, hay otros dos detenidos.
Según documentó la reportera
Leticia Cruz en la agencia Imagen del Golfo, para Roberto Mateos, padre de
Miguel Ángel, su hijo es un chivo expiatorio que usó en ese momento el gobierno
de Fidel Herrera Beltrán para calmar los ánimos de la familia Reyes Larios –poderosa
por obvias razones–, anunciar que se había resuelto el crimen y darle carpetazo
al caso. Muy al estilo del entonces mandatario veracruzano.
Pero la familia de Mateos
Escamilla alega que hay múltiples irregularidades que no tomaron en cuenta ni la Procuraduría ni el
juez, como que las huellas dactilares encontradas en el cuerpo de Karina Reyes
no coinciden con las de Miguel Ángel, así como tampoco el retrato hablado
proporcionado por los testigos presenciales del plagio. Asimismo, la sentencia
fue dictada sobre la causa penal número 138, cuando la del inculpado es la 133,
de acuerdo con lo que detalla Roberto Mateos.
En las redes sociales hay un
movimiento que exige la liberación de Miguel Ángel Mateos Escamilla y su caso
está siendo revisado en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz
tras la apelación de la sentencia.
No sería ésta la primera vez
que se torciera la ley y se fabricaran culpables en Veracruz por intereses
políticos. Pero más que emitir un juicio al respecto, lo que es a todas luces
exigible es que si hay irregularidades probadas se revise el caso y se haga
verdadera justicia. Sólo los verdaderos culpables deben estar en la cárcel.
A menos que se esté
protegiendo a alguien más.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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