PRESUPUESTO, IMPUESTOS Y GASTO EN IMAGEN

Cada que un gobierno anuncia la pretensión de crear nuevos impuestos, o bien de aumentar los que existen, da motivo suficiente para que toda la sociedad, y todas las clases sociales, se unan en su contra.
¿Por qué esta reticencia a pagar tributos al gobierno? Pues porque al menos en México, esos recursos no son utilizados como es debido. La corrupción permea todas las áreas de la administración pública en nuestro país, y por ello la negativa de la población a hinchar más las alforjas de quienes se comportan como verdaderos forajidos al ocupar cargos de decisión política o burocrática.
Sin embargo, no hay de otra más que pagar, pues sólo así se nos pueden brindar servicios públicos, que aunque malos, son indispensables. Pero por ello hay que exigir que el dinero que se recaude se utilice verdaderamente en beneficio de la población.
Hace unos días, se dio a conocer que el gobernador Javier Duarte de Ochoa envió al Congreso local una iniciativa para reformar los códigos Financiero y de Procedimientos Administrativos del Estado, así como la Ley de Coordinación Fiscal y de los Municipios, para introducir un gravamen a la compra de automóviles usados, así como los ingresos por concursos y juegos de azar.
La justificación del gobierno para buscar cobrar estos gravámenes es establecer “estrategias y acciones encaminadas a recuperar a corto plazo el orden de las finanzas estatales mediante el fortalecimiento de acciones tributarias que incrementen los ingresos propios, y así equilibrar y fortalecer la hacienda pública”.
El impuesto a los automotores ya se aplica a través de tarifas. La diferencia es que ahora se cobrarían porcentajes de acuerdo con el salario mínimo, según el modelo de coche que se trate. El gravamen a los juegos y concursos es nuevo, y prevé cobrar directamente de los ingresos obtenidos en máquinas de sistemas, programas automatizados o computarizados.
En el caso del impuesto a los autos usados, no hay que ser mago para saber lo que sucederá: los veracruzanos irán a comprar y vender coches a estados vecinos, como Puebla, como ya sucede con los vehículos nuevos para evitar el pago de la tenencia, que sólo se cobra en Veracruz.
Porque el problema es, como apuntamos en un principio, que la gente no confía en lo que el gobierno hace con su dinero. Y para muestra, un botón.
En el proyecto de Presupuesto de Egresos del Estado para 2014, se pide la friolera de 206 millones 775 mil pesos para el área de Comunicación Social, de los cuales más de 128 millones serían destinados para difusión e información en los medios de comunicación electrónicos e impresos (en los aliados, por supuesto). Un desmedido gasto en imagen que, en tiempos de austeridad como los que pregona el gobierno que se viven en la entidad, no es justificable. Y menos aún cuando los detalles del mismo se mantienen en la opacidad.
Por si fuera poco, la Comisión de “Atención y Protección” a Periodistas solicita un incremento de cinco millones de pesos en su presupuesto, cuando en los hechos ha demostrado ser absolutamente inoperante.
Así, quién va a aceptar de buena gana pagar más impuestos.


Twitter: @yeyocontreras

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