ORFANDAD CIUDADANA
Mientras el obradorato se empeña en destruir
instituciones que costaron décadas y vidas construir para darle a México una
vida más o menos democrática, en la oposición pareciera que viven en otra dimensión
o que, incluso, le hacen el “caldo gordo” al régimen para que se perpetúe en el
poder.
Además de su ausencia de ideas y propuestas,
que no van más allá de oponerse al gobierno de Andrés Manuel López Obrador sin
plantear algo que les haga sentido a los electores, las “grillas” internas, las
ambiciones personales desbordadas y una enorme dosis de mezquindad tienen a
todos los partidos opositores al borde del abismo al cual, de paso, se están
llevando al país.
Es la hora que tanto los partidos de la alianza
“Va por México” como Movimiento Ciudadano por su lado no dan ni siquiera trazas
de a quién podrían postular a la Presidencia de la República con alguna
posibilidad de ser competitivos. En tanto que el oficialismo tiene por lo menos
tres candidaturas perfiladas que llevan meses en campaña –ilegal, valga
señalar-, y que más bien aspiran a resolver la sucesión presidencial “a la
antigüita”, de manera interna, para que la elección constitucional sea un mero
trámite legal. Como en la era de la presidencia imperial.
En lugar de acordar, de hacer política, en el
seno de la alianza lo que destaca es el interés personal. En el PRI, el
dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, sigue demostrando que es un
lastre que terminará hundiendo cualquier esfuerzo que se haga por salvar ese
barco del naufragio.
El tal “Alito” juega a ser juez y parte y, no
contento con dividir a su partido y poner en riesgo a la alianza “transando”
con el obradorato para salvar su pellejo ante la exhibición de sus corruptelas,
ahora puja por ser el candidato de la coalición a la Presidencia, lo que
garantizaría una derrota estrepitosa, probablemente con mayoría legislativa
para Morena incluida. Hasta parece que lo hiciera justamente con esa intención.
Pero los partidos aliados no están mejor. Si
las mejores cartas del PAN son Lilly Téllez –quien apuesta a ser una especie de
“Trump” femenina- y Santiago Creel –cuyos mejores días en la política ya
pasaron-, y la única del PRD es Miguel Ángel Mancera –quien tiene varios
esqueletos en el closet del gobierno de la Ciudad de México-, ninguno tiene
nada que hacer en las elecciones del año entrante ante la maquinaria
oficialista que operará con todos los recursos del Estado, especialmente con
sus programas clientelares, para hacer ganar a quien sea que al final postule
Morena junto con sus satélites.
Por si no fuera esto suficiente, al dirigente
nacional del PAN, Marko Cortés, se le ocurrió la “genial ideota” de proponer
que quienes quieran competir por la candidatura aliancista deben juntar un
millón de firmas primero, lo que ya provocó diferendos y que ante la falta de
tiempo suficiente para realizar ese ejercicio limpiamente, lo que privilegiaría
sería el uso de las estructuras desde las cúpulas partidistas para favorecer no
al mejor candidato o candidata, sino al que más amarres internos tenga.
¿Y Movimiento Ciudadano? Pues en estos mismos
días se reveló sin tapujos como esquirol del obradorato al lanzar una campaña
contra el PRI a dos semanas en las elecciones de los estados de México y Coahuila.
Tan solo el “timing” exhibe cuál es su verdadera intención: beneficiar a
Morena. No hay manera de entenderlo de otra forma.
Todo lo anterior lo que exhibe diáfanamente es
que ningún partido está dispuesto a escuchar a la ciudadanía, a tomar en cuenta
sus necesidades y a caminar verdaderamente a su lado para abanderar una
propuesta que realmente la represente.
Todos, oficialistas y opositores, sin
excepción, pretenden que la decisión sea cupular. Y eso solo logrará provocar
un mayor desencanto que, en un caso extremo pero no improbable, lleve a una
baja participación en las elecciones que invariablemente favorezca a Morena y
consolide el retroceso hacia un sistema de partido hegemónico y autoritario,
que elimine cualquier contrapeso para ejercer el poder sin límites. Con todo lo
que eso significa.
La ciudadanía en México se encuentra
verdaderamente en la orfandad política. Ni a cuál carajos irle.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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