LO PEOR DEL SEXENIO ESTÁ POR VENIR
Fotografía: Gobierno de México |
La “sesión” del Senado de la República del
pasado viernes, en la cual los legisladores de Morena y sus rémoras “aprobaron”
al vapor, sin leerlos, 20 dictámenes de reforma a igual número de leyes, sienta
un precedente funesto que augura tiempos todavía más oscuros.
Más allá del contenido de las reformas del que
los sumisos senadores levantadedos ni se enteraron, pero así las aprobaron
–algunas necesarias, como la “3 de 3”; otras altamente perniciosas como la
#LeyBuylla-, el principal problema radica en que los encargados de hacer las
leyes de este país usaron la Constitución y la Ley Orgánica del Poder
Legislativo como papel sanitario.
La “sesión” no cumplió ni con el
requerimiento básico del quórum legal para aprobar siquiera el orden del día,
que los senadores de la “4t” –Morena, PVEM, PT y PES- modificaron ilegalmente.
Luego de recibir “línea” del presidente López
Obrador para sacar como fuera los 20 dictámenes –al estilo de lo que pasó días
antes en la Cámara de Diputados-, los senadores oficialistas se instalaron en
una sede “alterna”, en la antigua casona del Senado en el centro de la Ciudad
de México, ya que la tribuna del salón del Pleno estaba tomada por la oposición
desde el jueves.
Fue en ese momento que se percataron que no
tenían el quórum de ley para sesionar, pues les faltaba la senadora veracruzana
Claudia Balderas, que andaba por Bruselas, Bélgica en una “comisión oficial” de
la Cámara alta. Y entonces decidieron llamar a su suplente, la ex diputada
local por Xalapa Tanya Carola Viveros.
Pero para poder tomar la protesta a Viveros
primero Balderas debía pedir licencia a su encargo, lo cual resulta ilógico,
pues se supone que estaba representando al Senado en Europa. Pero de la nada,
“apareció” la “licencia” de la senadora oriunda de Minatitlán, quien
supuestamente la habría dejado “firmada” antes de irse a Bélgica. Lo que en
realidad más bien hace dudar sobre la autenticidad de la firma en el documento
de marras.
Otra irregularidad es que había que aprobar una
modificación al orden del día para incluir la toma de protesta de Viveros, lo
que el oficialismo hizo con el voto de 64 senadores –Tanya Carola aún no asumía
la representación, así que no pudo votar-. Es decir, sin quórum.
Todo lo que se hizo después en la “sesión”
celebrada en el patio de la antigua casona de Xicoténcatl sería inválido, pues todo
el proceso está viciado de origen. Sin embargo, siguieron adelante, pisoteando
las leyes mexicanas de la manera más grotesca que se pueda recordar en la
historia del país. Y ahí se encuentra el verdadero riesgo.
El lopezobradorismo ha decidido pasar por
encima de cualquier ley –la Constitución incluida- para hacerse del control
total y autoritario del país. Lo que puede provocar no solamente escenarios de
confrontación política que imposibiliten cualquier clase de acuerdo, sino una
crisis institucional y legal que reviente al sistema democrático y la división
de poderes.
No es difícil imaginar lo que sucederá si la
Suprema Corte de Justicia de la Nación echa abajo lo aprobado con brutal
desaseo por los legisladores del morenato. El asedio que ya de por sí sufren
los ministros puede convertirse en algo peor. ¿O alguien duda que estos porros
sean capaces de declarar un Estado de Excepción y disolver a la Corte? Ya
incluso lo han llegado a insinuar. Y lo del viernes fue un golpe tácito al
Poder Legislativo.
Lo peor del sexenio está por venir.
¿Y
así quiere ser presidente?
Twitter: @yeyocontreras
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