HAN DECIDIDO DESTRUIRLO TODO
Fotografía: Facebook de Sergio Gutiérrez Luna |
Despojado ya de cualquier careta democrática,
quizás convencido de que no necesita seguir simulando ni aparentando lo que no
es, el régimen autoproclamado como la “cuarta transformación” del país pisó el
acelerador del retroceso autoritario a niveles prácticamente sin precedentes.
Haciendo suyas y llevando a otra altura las
peores prácticas del priismo más antidemocrático, Morena y el lopezobradorismo
han emprendido un camino sin retorno: el de la ilegalidad y la más burda
imposición, olvidando el discurso con el que navegaron durante décadas para
hacer frente al ejercicio despótico del poder que hoy han abrazado sin sentir
ni un poquito de asco.
Verdaderamente enloquecidos por un poder que
creen les durará para siempre, en el Congreso de la Unión los legisladores “4t”
exhiben la excitación cuasiorgásmica que les provoca pasar por encima de sus
opositores al humillarlos, “mayoritearlos” y además escupirles en la cara que
son minoría y que ellos, la versión recargada de la vieja “aplanadora” priista,
tienen la mayoría y pueden hacer prácticamente lo que les venga en gana.
Incluyendo pisotear la Constitución, como hicieron con el “decretazo” con el
que se dieron permiso a sí mismos de ignorar las leyes que ellos mismos
aprobaron.
En un tiempo récord se “les olvidó” la
justicia, el piso parejo, la competencia democrática equitativa. Hasta el
diálogo con quien piensa diferente dejó de importarles. A cambio, la vulgaridad
del abuso del poder, la sevicia de sus resentimientos reprimidos a los que hoy
dan rienda suelta para destruir a las instituciones que ellos mismos ayudaron a
construir. Claro, cuando les resultaba útil la democracia.
Porque ahora, solamente les significa un
estorbo para sus opiáceos delirios por perpetuarse en el poder, para lo cual
acuden a una burda simulación, a la peor farsa política de los últimos 50 años
en México: una consulta de revocación de mandato del presidente, ¡promovida por
el propio presidente y no por la sociedad!, en la que llaman a una
“ratificación” -inexistente como figura jurídica y completamente innecesaria- y
hacia la que claramente están desviando una
millonada en recursos públicos –en Veracruz, hay evidencia de que es
desde la Secretaría de Finanzas y Planeación y el Tribunal Superior de Justicia
del Estado-, para atiborrar de propaganda de manera realmente obscena
carreteras, avenidas, bardas, autos y transporte público.
La “revocación” aparece como una pieza
fundamental rumbo a la sucesión de 2024. Con el derroche propagandístico buscan
exprimir la popularidad que le queda al presidente López Obrador –todavía alta,
pero en paulatino, inexorable e inevitable descenso- en favor de su partido de
cara a las elecciones locales de 2022 y 2023 y a la federal de 2024, al tiempo
que le tienden una trampa a la institución a la que tienen en la mira desde que
arribaron al poder: el Instituto Nacional Electoral, al que buscan o bien
destruir, o por lo menos tomarlo por asalto para volverlo, en los hechos,
inservible, y derruir 30 años de lucha ¡de la propia izquierda a la que dicen
pertenecer!
El descaro autoritario con el que se están
comportando ya, sin límites de ninguna clase y lanzando a todo el aparato del
Estado a una desbocada carrera al abismo tiene una razón: la farsa revocatoria
no está generando interés real entre la población de a pie, la que tiene que
romperse la espalda para ganarse el sustento y que tiene claro ya le dio un
mandato constitucional al presidente por sexenio completo, mismo que nadie le
está pidiendo que abandone.
La “revocación” estaría en camino de correr
la misma suerte que el otro fiasco en el que el régimen derrochó absurdamente
los recursos de los mexicanos: el dizque “juicio a los expresidentes” que
terminó en un monumental fracaso. Y es que para que sus resultados tengan
alguna validez legal deben salir a votar el próximo 10 de abril unos 37
millones de ciudadanos y ciudadanas. No se ve la manera en que lleguen a esos
números ni con todo el brutal acarreo que seguramente realizarán, igualándose
de nueva cuenta con su “pariente” el PRI.
El “teatro” se les está cayendo. Por eso han
decidido destruirlo todo. Incluida la frágil democracia en el país. Y por lo
que tarde que temprano, esos verdugos terminarán convertidos en reses chillonas
de camino al matadero.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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