LA VIEJA COSTUMBRE DE ORINARSE EN LA LEY
Fotografía: archivo |
Una de las principales críticas al viejo
régimen priista era su capacidad innata para trastocar y pervertir a las
instituciones, volviéndolas disfuncionales en beneficio de sus intereses
políticos particulares y, obviamente, en perjuicio del interés colectivo. Algo
que en la actualidad ha sido corregido –que no arreglado- y aumentado por el
lopezobradorato.
Los operadores de Morena –muchos provenientes
de ese dinosáurico priismo- han hecho gala en los últimos tiempos de que lo que
bien se aprende jamás se olvida, como el mayoriteo legislativo sin posibilidad
de discusión, las simulaciones jurídicas y los fraudes a la ley para obtener
posiciones políticas inmerecidas.
Y ya en el extremo, han desplegado un
consumado cinismo para violar la ley a luz de día, en abierto y sin que una
débil –si no es que bien “maiceada” oposición- meta siquiera las manos para al
menos protestar por los atropellos que, dicho sea de paso, algunos muy bien
conocen y hasta fueron sus beneficiarios en su momento.
Si hay organismos que desde su origen han
estado en la mira de los políticos son, además de los electorales, los de
transparencia y rendición de cuentas. Por razones nada difíciles de suponer: que
los fiscalicen y los obliguen a entregar información sobre lo que hacen con los
recursos públicos de los que disponen no es lo que más desee una clase política
que, en general, es toda igual de opaca y corrupta, independientemente de los
partidos en los que milite o a los que salte llegada la ocasión.
Desde que inició el régimen de la pretendida
y mal llamada “cuarta transformación”, ha sido su intención manifiesta anular
el derecho a la información que con un esfuerzo de muchas décadas por parte de
los ciudadanos mexicanos –no de los políticos- se concretó en leyes e
instituciones sobre las que se han soltado furiosas andanadas con el objetivo
de debilitarlas o destruirlas. Como todo lo que toca la “4t”.
En Veracruz, donde la división de poderes
nunca ha logrado ser efectiva, cada régimen que ha gobernado en los últimos
años –priista, panista y ahora morenista- ha infiltrado a esas instituciones
con operadores e incondicionales cuya función ha sido proteger los intereses de
grupo y hasta personales de quienes les colocaron ahí, desvirtuándolas y
volviéndolas inoperantes hasta cierto punto.
Sin embargo, los anteriores gobiernos se
ocupaban de por lo menos cuidar las formas y no evidenciarse de la manera tan
vulgar como lo hace el morenato gobernante, para el que orinarse en la
legalidad no constituye problema alguno, sino más bien uno de sus usos y
costumbres.
Eso quedó de manifiesto con la burda
simulación llevada a cabo para cubrir una vacante de comisionado del Instituto
Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IVAI),
el órgano garante del derecho a la información y la transparencia en la
entidad.
Este martes, el Pleno de la LXV Legislatura
del Estado nombró como comisionado a David Agustín Jiménez Rojas, quien a pesar
de no cumplir con los requisitos constitucionales de elegibilidad ocupará esa
posición durante los próximos siete años.
El Artículo 67 de la Constitución Política de
Estado de Veracruz contempla entre los requisitos de elegibilidad para los consejeros
del IVAI “no haber sido candidato a cargo de elección popular, cuando menos
tres años antes de su designación”. Condición que claramente no cumple Jiménez
Rojas, pues fue candidato a diputado plurinominal local suplente de Morena durante
el proceso electoral 2020-2021. Sí, el proceso que se llevó a cabo este mismo
año.
A la par de su candidatura, David Agustín
Jiménez Rojas se desempeñó durante este mismo proceso como representante de
Morena ante la Junta local del Instituto Nacional Electoral y el Consejo
General del Órgano Público Local Electoral.
La militancia de Jiménez Rojas en el partido
oficial que aspira a convertirse en hegemónico no está a discusión. Como
tampoco su filiación al grupo político que actualmente ejerce el poder en el
estado, ya que fue director general del Registro Público de la Propiedad de la
administración de Cuitláhuac García Jiménez.
Con todo y lo anterior, la LXV Legislatura
del Estado –en la cual se han especializado en quebrantar el orden legal por
sistema-, le concedió la dispensa de ley “por causa justificada”, sin que haya
motivación alguna que funde dicha decisión.
¿Con qué autonomía, independencia de
criterio, así como calidad moral y política podrá este sujeto garantizar el
derecho al acceso a la información pública de los veracruzanos cuando le llegue
alguna solicitud que implique divulgar información delicada o comprometedora
del gobierno o del partido del que procede? Exacto. Con ninguna. Y para eso lo
pusieron ahí.
Morena se ha convertido en una máquina
reproductora de las peores prácticas de ese viejo régimen priista autoritario,
vertical, sucio y marrullero. Y con el ingrediente adicional de presentarse
como supuesto “defensor” de “causas justas” y del “pueblo”, lo que lo vuelve
todavía peor, por hipócrita y descarado.
Lo que hay que “reconocerles” es que ni
Duarte era tan hábil para esas “marranadas”.
Fotografía: Congreso del Estado de Veracruz
Twitter: @yeyocontreras
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