COMO EN LOS TIEMPOS DE BERMÚDEZ
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Fotografías: archivo |
La historia de terror que viven varias
familias desde el pasado fin de semana en la ciudad Coatepec es una muestra más
del estado de total indefensión en que viven los ciudadanos del estado de
Veracruz ante los abusos y arbitrariedades de quienes tienen –pero no honran-
la responsabilidad de brindar seguridad, certeza jurídica y justicia.
Desde la noche del viernes 6 de agosto causó revuelo,
expectativa y temor el despliegue policiaco realizado en toda la zona conurbada
de Xalapa, la cual incluye a Coatepec, Banderilla, Emiliano Zapata y San Andrés
Tlalnelhuayocan, del que ninguna autoridad dio aviso a la población para que
tomara las precauciones correspondientes.
Para el sábado 7, se comenzó a difundir la
desaparición de varias personas, concretamente en Coatepec. Llamó la atención
especialmente el caso del ciudadano costarricense César Julián Herrera Víquez,
cuyos familiares y amigos hicieron una fuerte difusión en redes y medios de este
hecho, que luego acompañaron con una rueda de prensa en la que denunciaron que
esta persona fue sustraída ilegalmente de sus oficinas desde el mismo viernes
por elementos de la Fuerza Civil y policías ministeriales.
El suegro de Herrera Víquez, Andrés Cuevas
Melo, afirmó que su yerno se encontraba solo, trabajando en la oficina de su empresa
de producción audiovisual, cuando elementos de ambas corporaciones policiacas
irrumpieron en el edificio donde ésta se encuentra y detuvieron a dos presuntos
delincuentes en un departamento ubicado en la parte de abajo del inmueble.
Según Cuevas Melo, César Julián les avisó de
lo que estaba sucediendo, hasta que dejaron de tener comunicación con él. Solo
supieron, por versiones de los vecinos, que los policías se habían llevado a
tres personas.
Junto con la desaparición de Herrera Víquez,
se sumaron denuncias de varias personas más cuyo paradero era desconocido,
convirtiendo a las redes sociales en un hervidero de llamados de apoyo y solidaridad.
Al grado que la Comisión Estatal de Búsqueda lanzó varias alertas por
desaparición.
Así pasaron prácticamente 48 horas, hasta que
tímidamente algunos de los familiares comenzaron a confirmar tímidamente que
habían “aparecido” con vida, pero sin dar mayor información y pidiendo que se
detuviera la campaña en redes para dar con sus paraderos.
En
el inter, desde envíos masivos de correo electrónico de un conocido mercenario
ex yunista, ex duartista y ahora “estrella” de la “4t” veracruzana, y a través
de Whatsapp se difundió un libelo en contra de César Julián Herrera Víquez,
acusándolo de “delitos federales” y dándole una connotación política al asunto,
ya que su suegro, Andrés Cuevas Melo, fue candidato a presidente municipal de
Coatepec por Movimiento Ciudadano en la pasada elección y el hermano de éste,
Abel, es un conocido político panista, ligado al grupo de Miguel Ángel Yunes
Linares. Lo cual, valga precisar, no es un delito.
Fue
hasta pasadas las 4 de la tarde del domingo 8 de agosto que la Fiscalía General
del Estado dio a conocer en redes sociales que en el caso del ciudadano
costarricense César Julián Herrera Víquez “fue puesto este día a disposición de
la autoridad ministerial por elementos de la Fuerza Civil”, y que “respetando
sus derechos humanos y dentro del término constitucional, será determinada su
situación jurídica”.
Pasaron
48 horas desde su arresto y el de otras seis personas, tiempo en el que
estuvieron incomunicados, lo cual violentó sus derechos a contar con asesoría
jurídica desde el momento de la detención y a comunicarse inmediatamente con un
abogado o su familia, quebrantando así la propia autoridad lo dispuesto en el
artículo 20 Constitucional apartado B y en el numeral 152 del Código Nacional
de Procedimientos Penales.
Twitter: @yeyocontreras
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