¿AUTORIDADES E INSTITUCIONES? ¿DE QUÉ HABLAN?
Fotografías: Gobierno del Estado de Veracruz |
Cuando la autoridad deja de cumplir con una
de sus responsabilidades básicas, garantizar seguridad pública a la población,
lo que sigue invariablemente es la anarquía y la justicia por mano propia.
Eso es exactamente lo que sucedió la semana
pasada en el municipio de Soledad Atzompa, enclavado en la Sierra de Zongolica.
Cuatro personas –entre las cuales se encontraban dos menores de edad- fueron
linchadas por guardias comunitarias del lugar, al ser identificados como parte
de una célula delincuencial que se dedica a la extorsión y el secuestro en esa
región.
Los presuntos delincuentes fueron lapidados y
quemados vivos por los habitantes de ese municipio indígena, localizado en una
de las zonas más “calientes” de la inseguridad en la entidad: el corredor
fronterizo de la región central de Veracruz con el estado de Puebla, en el que
operan bandas criminales dedicadas, además de a los delitos que se les achacan
a los hoy occisos, al robo de combustible.
Los hechos sucedieron entre jueves y viernes
de la semana pasada. Y al observar la respuesta de las autoridades estatales,
resulta más que comprensible por qué la población decidió actuar por su cuenta
contra los criminales.
El viernes,
en un escueto y vergonzante boletín de prensa, la Secretaría de Seguridad
Pública del estado “lamentó” y “condenó” los hechos de violencia en Soledad
Atzompa, a donde fueron desplegados ese mismo día “100 elementos de la SSP, Secretaría de la
Defensa Nacional y policías Federal y Ministerial”.
Si
los gobiernos estatal y federal hubiesen hecho caso a los numerosos llamados de
auxilio que desde esa región -asolada desde hace mucho tiempo por la
inseguridad y la violencia- se han hecho, no habrían tenido que “lamentar”
nada. Pero resulta que no hicieron su trabajo. Ni los que se fueron, ni los que
llegaron ni los que se quedaron.
Hasta el domingo fue que se apareció en Soledad Atzompa el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien más parecía que estaba en un acto de campaña –de los que nunca se le vieron- que en un recorrido de inspección por motivos de seguridad. Y aun cuando se comprometió a reforzar los operativos de vigilancia con elementos de la Fuerza Civil en coordinación con militares, marinos y policías estatales para proteger a maestros rurales y médicos, que son quienes han sufrido la mayor cantidad de plagios, lo único que pudo ofrecer en realidad fue el envío de cinco patrullas para la región, “una vez que éstas sean adquiridas, a finales del mes de marzo”.
¿De
verdad es ése el nivel de urgencia y prioridad que le da el gobernador a una
situación como la que se vive en esa zona? ¿Pensará realmente que en la Sierra
pueden esperar hasta finales de marzo?
Ni
qué decir de la respuesta del fiscal Jorge Winckler Ortiz. Con la sensibilidad
de un hipopótamo, afirmó este lunes que se investigan los homicidios ocurridos
en Soledad Atzompa y que “nadie debe hacer justicia por propia mano”, pues “para
eso están las autoridades e instituciones”.
Mientras
todo esto ocurría, en Acayucan un estudiante fue plagiado y ejecutado, se
encontró una fosa clandestina en Ixhuatlán del Sureste y un entrenador de artes
marciales fue baleado en la capital del estado.
¿Autoridades
e instituciones? ¿De qué hablan?
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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