UNA ALTÍSIMA VARA
Fotografía: Luis Barradas |
Si un término puede definir de manera global
y certera las manifestaciones sociales de este fin de semana en torno de la
asunción del nuevo régimen político en México, es el de la esperanza.
Eso es lo que se percibió en las calles, en
las redes sociales y hasta en algunos realineados medios de comunicación: una
enorme esperanza en que a partir de la figura y decisiones de un solo hombre,
el país cambie. Sin duda, un sentimiento legítimo de quienes depositaron su
confianza en la opción política que abandera ese anhelo.
Pero en política, la esperanza es un insumo
demasiado volátil, que puede esfumarse con facilidad cuando se topa de frente
con la realidad, por buenas que sean las intenciones que se tengan. Más aún
cuando, como en este caso, el rasero que los nuevos gobernantes se pusieron a
sí mismos es de una altura gigantesca.
Si a nivel federal será una tarea titánica
cumplir las promesas y cubrir todas las expectativas generadas alrededor de la
figura del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, en Veracruz, donde la
violencia y la crisis económica han golpeado duramente a la población desde
hace varios años, el escenario no es diferente.
El nuevo gobernador del estado, Cuitláhuac
García Jiménez, inició su administración con una apuesta de la que será muy
complicado salir bien librado, por la complejidad misma del fenómeno: la
atención al tema de los miles de desaparecidos en Veracruz.
Su primer acto de gobierno fue la
Declaratoria de Programa Emergente por Crisis de Violaciones Graves de Derechos
Humanos en Materia de Desaparición de Personas en Veracruz, con la cual el
nuevo mandatario estatal asumió varios compromisos, como la dotación de mayores
recursos para el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FAARI) y para
la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención Integral a Víctimas (CEEAIV).
También se comprometió a la creación de un instituto
forense y de procesamiento de restos humanos y de la Policía Especializada en Búsqueda
de Personas Desaparecidas, así como a la puesta en marcha de un programa
estatal integral de medidas de prevención en materia de desaparición de
personas y la conversión de la Dirección General de Desarrollo Político en
Dirección General de Cultura de Paz y Derechos Humanos.
El tema amerita que se le dé este nivel de
primacía, indudablemente. Desde hace varios años Veracruz sufre una verdadera
crisis humanitaria en esta materia, provocada durante los sexenios de Fidel
Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, y soslayada durante el bienio de
Miguel Ángel Yunes Linares. Que Cuitláhuac García Jiménez haya decidido
arrancar su gobierno atendiendo prioritariamente este problema es una buena
señal. Pero entraña un enorme riesgo también.
En su toma de posesión, García Jiménez
manifestó a los familiares de personas desaparecidas que “ahí donde hay dolor,
hoy se fortalece la esperanza de la verdad; ahí donde quiere habitar la
tristeza para siempre, hoy nace una nueva luz por quienes físicamente no están;
no estemos sólo tristes por su desaparición, no olvidemos que el cobijo de su
amor los hace presentes. También abriguemos la esperanza, porque los vamos a
buscar hasta encontrarlos”.
Asegurar que se encontrará a todos los
desaparecidos alimenta la llama de la esperanza entre quienes llevan años
buscándolos, pero implica un compromiso que quién sabe si el nuevo gobierno
pueda llegar a cumplir a cabalidad. El tiempo transcurrido desde la
desaparición forzada, los métodos usados por los criminales para borrar todo
indicio físico de sus víctimas y los yerros y omisiones cometidos en las
investigaciones pueden llegar a ser obstáculos insalvables.
Sin embargo, Cuitláhuac García decidió
apostarle al tema de los desaparecidos el capital político con el que comienza
su administración. Y para ello recibió el respaldo explícito del presidente
López Obrador durante su visita a Xalapa de este domingo. “Los vamos a
encontrar”, dijo el mandatario nacional.
La vara que ambos se pusieron para medirse
como gobernantes es altísima. Y la esperanza suele convertirse en decepción en
un santiamén.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario