PRIMERO LAS CLIENTELAS
Fotografía: Fernando Luna Arce/ Forbes México |
Si se quiere tener una idea clara sobre las
intenciones, prioridades, rumbo y talante de un gobierno, solamente hay que
echar una mirada hacia dónde dirige el dinero de su presupuesto.
Y por lo menos en su proyecto de Presupuesto
de Egresos para 2019, el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel
López Obrador ha dejado claro que la cultura, la educación superior, la
investigación científica, el desarrollo rural y la prevención de la violencia
contra las mujeres son rubros que le importan muy poco y que está dispuesto a
sacrificar, con tal de sacar adelante su política asistencialista de subsidios
a estratos desfavorecidos que alimentan su clientela política.
Los datos del proyecto de presupuesto no
dejan lugar a dudas. El subsidio a universidades públicas federales de
educación superior sufre una reducción de mil 713.8 millones de pesos respecto
de lo presupuestado en 2018. La más castigada de las instituciones de educación
superior es la UNAM, a la que se le pretende recortar mil 23 millones de pesos,
lo que representa una variación de 6.3 por ciento menos en comparación con lo
que se le otorgó en el ejercicio fiscal que está por concluir.
Otro rubro sensible al que se intenta dar una
cuchillada es el de la investigación científica. Al Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (Conacyt) se le quieren quitar dos mil 299 millones de pesos,
mientras que al Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto
Politécnico Nacional se le recortan 57.1 millones de pesos.
Tan solo en estos ejemplos queda de
manifiesto que la preparación profesional de calidad en instituciones
académicas verdaderamente autónomas no es del interés del nuevo régimen, que
pretende sustituirlas con la creación de cien “universidades” afines a su
proyecto político, y que como la que echaron a andar en la capital del país, la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, han resultado un fraude académico,
aunque al parecer como centro de adoctrinamiento político sí funciona muy bien.
Cobra entonces sentido el supuesto “error mecanográfico” de la semana pasada que
borraba de un plumazo la autonomía universitaria de la Constitución.
A pesar de que el sector cultural del país
fue uno de los que apoyó decidida y abiertamente la candidatura de López
Obrador, resulta que la cultura siempre no es prioridad para el nuevo gobierno
federal. El proyecto enviado al Congreso de la Unión contempla una disminución
de mil 20 millones de pesos, lo que equivale a 7.6 por ciento respecto de 2018
y es el monto presupuestal más bajo asignado para este rubro desde 2012.
Paradójicamente, mientras los cineastas mexicanos triunfan en el mundo, el área
de la cinematografía es de las que concentra los mayores recortes.
Otras secretarías que sufren reducciones
importantes son la de Medio Ambiente, a la que se le quiere aplicar un descenso
presupuestal de 32.1 por ciento; la Sagarpa, con 28.5 menos; Función Pública (que
se supone va a vigilar que ya no haya corrupción en el gobierno), 27.1 por
ciento; y Comunicaciones y Transportes, con una rebaja de 24.4 por ciento.
A pesar de que la violencia contra las
mujeres se ha convertido en un tema crucial de la agenda social del país, en el
primer proyecto de presupuesto lopezobradorista prácticamente se desmantela el
andamiaje institucional que se había creado para atender este problema.
Desaparecen el Programa de Apoyo a las
Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas y el Fondo de Coinversión para
Sociedad Civil, mientras que el Consejo Nacional para Prevenir discriminación
es reducido a membrete, pues se le quita 91.11 por ciento de sus recursos, y a
la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
(Conavim, instancia que ha solicitado las alertas de violencia de género en
estados como Veracruz) se le busca aplicar un recorte de 27.56 por ciento.
¿Qué sí le interesa al gobierno de López
Obrador? La Secretaría de Energía (que tendrá a su cargo la construcción y
rehabilitación de refinerías, como en los 70), a la que se le aplica un
incremento extraordinario, pues de dos mil 565 millones de pesos pasa a recibir
27 mil 229.80 millones de pesos (un aumento de ¡961.30 por ciento!); Pemex, a donde
se asignan 464 mil 601.60 millones; la Secretaría del Bienestar (antes
Sedesol), que pasa de 105 mil 458.10 millones a 148 mil 491.10 millones; y la
Secretaría de la Defensa Nacional, que recibe 93 mil 670.20 millones de pesos.
Vale la pena puntualizar que, contrario al
discurso lopezobradorista de austeridad y crítico del despilfarro mediático de
gobiernos anteriores, al área de Comunicación Social se le asignan 4.2 mil
millones de pesos. En la promoción de la imagen del gobierno (o mejor dicho, del
Ejecutivo) se quieren gastar casi tres veces lo que pretenden “ahorrar”, por
ejemplo, en educación superior. Un despropósito monumental.
Como es evidente, se trata de un proyecto de
presupuesto que tiene como eje el asistencialismo más rancio y pedestre, la
militarización, el culto a la personalidad y una abundante inversión en el
sector energético, como si siguiéramos en la época de la fracasada “administración
de la abundancia”.
Porque para el bien del “movimiento”, primero
las clientelas.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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