REJAS ABIERTAS AL DUARTISMO
Imagen: Twitter del gobernador Cuiltláhuac García Jiménez |
A menos de una semana de que asumiera el
poder el nuevo régimen a nivel federal y estatal, su impacto más inmediato en
Veracruz ha sido la salida de la cárcel de dos ex funcionarios del gobierno de
Javier Duarte de Ochoa.
El primero fue el ex contralor y ex
secretario de Finanzas y Planeación Mauricio Audirac Murillo, quien el pasado
lunes 3 de diciembre obtuvo un amparo para continuar con su proceso penal en
libertad, en el que se le imputan delitos como asociación delictuosa y
peculado.
Un día después, el ex secretario de
Comunicaciones y ex director de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, el
empresario Francisco Valencia García, acusado de haber desfalcado a ese último
organismo, obtuvo el mismo beneficio pero sin amparo de por medio. La jueza del
caso, Alma Aleida Sosa Jiménez, simplemente resolvió modificar sus medidas
cautelares para que el proceso continúe con él fuera de prisión.
Ambos llevaban más de un año internados en el
penal de Pacho Viejo, en el municipio de Coatepec, y eran, junto con otros
varios ex integrantes del gobierno de Javier Duarte, una especie de “trofeos de
caza” de la administración de Miguel Ángel Yunes Linares y el ejemplo de su
“combate” a la corrupción.
A la par de estas dos liberaciones, de manera
inédita el mismo lunes el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez
Zurita, ofreció una rueda de prensa a distancia desde el mismo centro de
readaptación social de Pacho Viejo, para denunciar supuestos actos de tortura y
coacción de los que asegura haber sido “víctima” del fiscal general Jorge
Winckler Ortiz, del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y del ex
secretario de Seguridad Pública Jaime Téllez Marié. Facilidades que no tiene
cualquier recluso común y corriente.
Todo esto en los primeros cuatro días de
Morena en el poder, en la República Mexicana y en el estado de Veracruz. Y en
política no hay coincidencias. Menos aún, tan “afortunadas” como éstas.
En un santiamén, tanto el gobernador Cuitláhuac
García Jiménez como el secretario de Gobierno –y operador directo del
lopezobradorismo en la entidad- Eric Patrocinio Cisneros, salieron a
prácticamente darle la razón a los duartistas. El mismo lunes, el mandatario
estatal dio por buena la versión de Bermúdez Zurita –a quien los colectivos de
desaparecidos y muchos familiares de víctimas no dudan en señalar como un
criminal-, al publicar en su cuenta de Twitter que “fue un fiasco y show
mediático la ‘recuperación de bienes’, ‘denuncias e investigaciones’ contra
Duarte y sus ex funcionarios”.
Sin duda, el anterior gobierno y sus resabios
en la Fiscalía General del Estado y el Poder Judicial cometieron excesos,
negociaron la aplicación de la ley y abusaron del poder de forma reiterada.
Pero una cosa es reconocerlo y actuar en consecuencia, y otra muy diferente es
darle a los ex funcionarios duartistas la absolución.
El desfalco a las finanzas estatales, el
terror y la violencia homicida en la que los fide-duartistas sumieron a
Veracruz los trágicos 12 años que gobernaron fueron reales, no se los inventó
nadie. Los veracruzanos los padecimos. Muchos, miles, no vivieron para
contarlo.
Salir ahora con que todos van a la calle y
nadie responde por sus tropelías, que fueron documentadas incluso antes de
2016, sería un acto de brutal irresponsabilidad de la nueva administración
estatal, que en buena medida está ahora en el poder por los mismos motivos que
la que acaba de concluir: porque la población votó para echar del gobierno y
castigar a los corruptos. No para que les abran la reja y los dejen ir sin más.
A menos que por ahí vaya aquello de la
“amnistía”. Y que los pactos sean así de inmorales.
Fotografías: tomadas de redes sociales |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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