LA (MALA) SUERTE DE LA CONSORTE
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Fotografía: archivo |
La
detención de Xóchitl Tress la noche del pasado lunes 31 de julio hizo la
delicias de la prensa más morbosa, que se cebó en la ex funcionaria duartista y
ex candidata panista no por los presuntos delitos que se le imputan, sino por
un hecho que corresponde a su vida privada: haber sido una de las supuestas
amantes del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Desde
que ese “dato” fue dado a conocer por un funcionario de la Procuraduría General
de la República durante la audiencia de vinculación a proceso del ex mandatario
veracruzano, la señora Tress fue objeto de un linchamiento mediático en el que
se privilegió la exhibición de viejo material fotográfico –obtenido de manera
ilegal, por cierto- en el que aparece semidesnuda, en lugar de su actuación
como funcionaria de esa administración, que es lo que tendría que ser objeto de
escrutinio público.
De
manera sorpresiva –e inusualmente expedita-, la Fiscalía General del Estado le
armó un expediente a Xóchitl Tress para acusarla de enriquecimiento ilícito a
su paso por la Dirección de Espacios Educativos de la Secretaría de Educación
de Veracruz, cargo que habría obtenido gracias a la relación sentimental que
sostendría en ese momento –marzo de 2014- con Javier Duarte de Ochoa.
Cabe
precisar que Xóchitl Tress es indefendible, como persona y como actor político.
En ambas facetas ha demostrado ser una veleta, frívola, licenciosa, ambiciosa y
desleal. Pero en honor a la verdad, no peor que otras y otros que también
utilizaron la cama –o la oficina pública convertida en burdel- como trampolín
político y económico. Práctica que, por demás, no es privativa de los políticos
priistas. De hecho, varios altos miembros de la actual clase gobernante tienen
sus propias historias al respecto.
Pero
ha resultado muy provechoso apelar al morbo y a la misoginia de varios medios y
periodistas, así como a la del público consumidor de información chatarra, para
provocar un escándalo mediático que desvíe el interés de la lamentable
situación por la que atraviesa Veracruz, así como de los pactos de impunidad del
actual régimen con oscuros representantes del fide-duartismo a los que no toca
ni con el pétalo de una averiguación. Nuevamente, el doble rasero para procurar
e impartir justicia en tiempos de la alternancia en el poder en Veracruz.
Lo
que se le achaca a Xóchitl Tress como monto de sus presuntos bienes malhabidos
es ínfimo en comparación con lo que otros ex funcionarios duartistas, libres o
en también prisión, desviaron. Y falta también que se le demuestre que ella los
adquirió, pues si se trató de regalos de Javier Duarte, como la camioneta y el
departamento en la Ciudad de México que salieron a relucir durante la audiencia
del ex mandatario en el Reclusorio Norte, aunque hubieran sido comprados con
dinero público, el delito no le sería acreditable a la ex funcionaria.
Sin
embargo, la autoridad fue implacable con Xóchitl Tress: el juez de control le
dictó una medida cautelar de dos años de prisión preventiva necesaria. Ni con el
ex secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita fueron tan duros.
¿Tendrá
que ver con ello la circulación de una foto de Xóchitl Tress cabalgando con el
alcalde electo de Veracruz, Fernando Yunes Márquez?
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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