LA ENCRUCIJADA DE PEÑA Y YUNES
Fotografía: Cuartoscuro |
En cualquier país en el que se respete
mínimamente la legalidad y los derechos humanos, un escándalo como el de los
medicamentos falsificados en el estado de Veracruz ya habría provocado
renuncias, despidos y denuncias penales inmediatas.
Pero como sabemos, en México no pasa
absolutamente nada. Los implicados en esta historia, salvo el que está prófugo
desde hace más de tres meses, andan como si nada. Algunos, viviendo a costa del
erario y ostentando cargos públicos de alto nivel, quitados de la pena.
La cloaca que se redestapó esta semana
–porque no hay que olvidar que se habían hecho varias denuncias al respecto
desde hace por lo menos dos o tres años- no ha conmovido una sola de las
estructuras de poder en este país, ya no digamos en el estado, a pesar de estar
involucrados al menos dos ex gobernadores y cinco ex secretarios de Salud de
Veracruz.
Es increíble, por ejemplo, que a pesar de la
confirmación de la farmacéutica Roche de que en el gobierno de Fidel Herrera
Beltrán se falsificaron sus productos médicos oncológicos para, en su lugar,
ofrecer a los pacientes de los Servicios de Salud del estado suministros inservibles,
el ex gobernador veracruzano no haya sido cesado fulminantemente de su actual
encargo como cónsul de México en Barcelona.
Además de inaudito, es una vergüenza para el
país tener un personaje de esa calaña como integrante de su cuerpo diplomático.
Aunque eso siempre lo tuvo claro el presidente Enrique Peña Nieto y, aún con
eso, y a pesar de todas las críticas que esa decisión generó desde un
principio, lo nombró cónsul y le brindó inmunidad e impunidad.
En Veracruz, en el ámbito local, no andamos
mejor. No se ha pasado del escándalo mediático y las amenazas de que se
procederá contra los responsables. Pero lo cierto, hasta el momento de escribir
estas líneas, es que sólo hay amagos, anuncios de que se impondrán a los
responsables “las sanciones que procedan”, mientras los implicados tienen todo
el tiempo del mundo para poner tierra de por medio y seguir los pasos de uno de
los miembros de la pandilla, el prófugo Javier Duarte de Ochoa.
Los gobiernos federal y estatal abrieron de
par en par expedientes que revelan tal magnitud de actos criminales cometidos
en Veracruz estos últimos años, que si no los castigan de manera ejemplar
terminarán por revertírseles y hundirlos en el mismo fango de descrédito y
repudio.
Si el gobierno de Enrique Peña Nieto no
captura a la brevedad a Javier Duarte de Ochoa –a quien le permitió fugarse y
cada vez con mayor fuerza se asegura que protege-, puede irse despidiendo de
cualquier aspiración por mantener al PRI en el poder y por salvar algo de su
imagen histórica. Lo mismo, si sostiene a Fidel Herrera Beltrán como
vergonzante cónsul en Barcelona.
Y si Miguel Ángel Yunes Linares no lleva ante
un juez a todos los demás involucrados en el saqueo al estado de Veracruz, si
no comprueba todas sus acusaciones y los refunde en la cárcel, también que le
diga adiós a sus proyectos políticos personales y familiares, que no pasarán de
un triste y crispado bienio.
La cuerda llegó a su límite y no aguanta
jalarla más.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Total y absolutamente de acuerdo estimado tocayo, ¿cuándo el café?, nada más tu me dices, a tus órdenes.
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