ESTADO LAICO, PISOTEADO
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Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
La
condición de laicidad del Estado Mexicano ha sido, desde siempre, una mera
simulación.
A
pesar de estar contemplado en la Constitución General de los Estados Unidos
Mexicanos, el Estado laico ha sido violentado todo el tiempo, en mayor o menor
medida, al menos en los últimos 50 años.
Los
sucesivos gobiernos han permitido a la Iglesia Católica “brincarse” diversas
prohibiciones legales a lo largo del tiempo, haciéndose de la “vista gorda”, en
función de la influencia del clero entre la mayoría de la población del país.
A
su vez, la jerarquía eclesiástica católica ha “apacentado a sus ovejas” para
que acepten su destino de marginación como “buenos cristianos”. Total, en el
cielo serán “recompensados”.
Pero
al fin un poder, la Iglesia no se ha conformado y ha ido ganando terreno en
diferentes rubros que supuestamente le estarían vedados, al punto de que la
supuesta laicidad del Estado en materias como la educación y la política, es
una caricatura.
En
la discusión sobre la legislación que en Veracruz pretende criminalizar el
aborto, la postura de la jerarquía eclesiástica católica ha sido agresiva,
intimidatoria y abiertamente retadora de un gobierno débil, abyecto y, más que
hipócritamente, ultraconservador y persignado.
Para
este jueves 12 de mayo que se llevará a cabo en el Congreso del Estado la ratificación
de la reforma al artículo 4 de la Constitución local, en la que el gobierno
garantiza “el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural” -conocida
como la Ley Antiaborto-, la Arquidiócesis de Xalapa convoca a una concentración
de su feligresía en el palacio legislativo para “abrazar” el recinto -o sea,
rodearlo- y hacerle “sentir” a los diputados locales cuál debe ser el sentido
de su voto.
Hay
que recordar cuál ha sido la actitud de la administración duartista cuando
grupos de ciudadanos veracruzanos salen a las calles a protestar: desde la
obstaculización de las marchas hasta su represión violenta. Lo cual, por
supuesto, no sucederá este jueves.
La
presión de la jerarquía católica para que se apruebe esta enmienda legal es
inaudita, abusiva y, paradójicamente, violatoria de la ley que le impide
participar activamente en política. Restricción que, evidentemente, les importa
un bledo.
Junto
con el retroceso que de por sí implica la reforma antiabortista de Javier
Duarte -conocido por su admiración a dictadores fascistas, pero eso sí, muy
católicos-, la abierta militancia política de la jerarquía eclesiástica en
medio de las campañas electorales -al punto de amedrentar a los candidatos-
representa una peligrosa regresión que pone en riesgo muchos otros derechos
civiles a los que la Iglesia Católica se ha opuesto invariable e
inflexiblemente, y por los cuales mucha gente ha ofrendado su vida.
Rezagado
en muchísimos temas respecto del resto del país, Veracruz está a punto de dar
un salto a un pasado cuasi medieval, ante la mirada complaciente y
convenenciera de la clase política, incluidos los candidatos a la gubernatura y
a las diputaciones locales de todos los partidos.
Por
lo demás, la grosera presión de la Arquidiócesis de Xalapa ni siquiera es
necesaria: la mayoría de los diputados ya recibió la instrucción de cómo debe
votar este jueves.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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