A UN MES DE LA ELECCIÓN EN VERACRUZ
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Fotografía: Ilse Huesca/ Cuartoscuro |
Estamos
a un mes de las elecciones en las que se renovarán los poderes Ejecutivo y
Legislativo de Veracruz. Quedan tres semanas y media de campañas de los
candidatos a la gubernatura y la LXIV Legislatura. Y hasta el momento, puede
decirse que el balance es negativo.
Como
en ninguna otra ocasión, el presente proceso electoral ha sido desmedidamente
sucio. El golpeteo propiciado y patrocinado desde el gobierno estatal ha empañado
irremediablemente la elección, cuyo destino difícilmente podrá ser otro que el
de la judicialización, con resultados -y consecuencias- de pronóstico
reservado.
Aunque
se han esbozado propuestas -algunas viables, otras complejas y varias
francamente irrealizables y fantasiosas-, todas han sido sepultadas debajo de
las toneladas de lodo lanzadas desde las oficinas de Comunicación Social del
gobierno de Javier Duarte.
Con
todo, la estrategia de la suciedad les ha rendido frutos y lograron emparejar
los números entre los aspirantes a la gubernatura, al grado de que estamos
frente a una elección de tercios en la que, al menos desde la perspectiva
actual, cualquiera de los tres candidatos punteros, Héctor Yunes Landa, Miguel
Ángel Yunes Linares y Cuitláhuac García Jiménez -los demás están fuera de
competencia- podría ganar los comicios.
Ello
no dependerá, desde luego y por desgracia, únicamente de la voluntad ciudadana.
La operación política -los “mapaches”, la compra y coacción del voto, el
acarreo- jugará un papel preponderante en los resultados de la jornada
comicial. Y luego de ello, su inevitable impugnación dejará en manos de los
tribunales -y sus particulares intereses- una decisión que debería corresponder
únicamente a los electores veracruzanos. Una expectativa, pues, nada
democrática.
Nos
espera un mes en el que seguramente arreciarán los ataques y en el que veremos
“de qué cuero salen más correas” en materia de guerra sucia, en busca del voto
del 40 por ciento de indecisos que no sabe todavía por quién sufragar, porque
ninguna de las opciones lo representa ni le ofrece alternativas viables para su
vida y su desarrollo personal, familiar y profesional.
Y
quizás sea eso lo más trágico de todo este panorama.
Anabel, asesinada por
su labor informativa
Aunque
con un fuerte tufo electorero, por primera vez la Fiscalía General del Estado
aceptó que el asesinato de un periodista en Veracruz se debió a su labor
informativa.
La
noche del pasado miércoles 4 de mayo, el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras dio
a conocer la captura del presunto asesino -del que únicamente se proporcionaron
las iniciales de su nombre- de la reportera Anabel Flores, secuestrada y
ejecutada en febrero pasado en la región de Orizaba, en los límites con el
estado de Puebla.
El
Fiscal señaló que el presunto homicida admitió haber asesinado a Anabel “por
unas publicaciones que afectaban los intereses de un grupo delincuencial al que
pertenece el capturado”. Pero fiel a su costumbre, dio el caso por
“esclarecido”, como si un juez ya hubiera dictado sentencia.
¿Por
qué la prisa para darle “carpetazo” a la investigación?
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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