JULEN VS YUNES
La
reyerta que desde hace tiempo traen entre sí los grupos de Julen Rementería del Puerto
y Miguel Ángel Yunes Linares por el
control del PAN en Veracruz, está subiendo de tono.
El
pleito se hizo evidente desde la campaña interna y luego en la constitucional
por el Senado de la República, donde el hijo menor de Yunes Linares, Fernando,
acabó desplazando a Rementería y se
quedó con el escaño en la Cámara alta.
Ahora
el cargo en disputa es la alcaldía de Veracruz, a la que el mismo Julen aspira volver, pero que Yunes Linares quiere para uno de los
suyos, ya sea su hijo Miguel Ángel o
alguno de sus incondicionales.
¿Por
qué la alcaldía de Veracruz? Porque es uno de los municipios más importantes
del Estado, si no el que más; porque maneja uno de los presupuestos más
grandes; y porque ambos grupos lo necesitan con urgencia para no morir de
inanición política en su búsqueda por la candidatura panista a la gubernatura
en 2016, sobre todo ahora que el PRI regresó a Los Pinos y ya no tendrán cargos
federales de los cuales colgarse.
El
más reciente episodio de esta telenovela lo protagonizan representantes menores
de ambas corrientes, pero cuya cercanía con sus líderes hace explícito el destinatario
de los mensajes.
En
este caso, el secretario general del Comité Directivo Estatal panista, Marco Antonio Núñez, mejor conocido
como el “Choriqueso” y quien es de la cuadra de Julen, promovió un juicio de expulsión contra el yunista Domingo Angulo, dirigente municipal de
Acción Nacional en el puerto de Veracruz. El motivo fue celebrar “por sus
pistolas” una asamblea para elegir delegados, la cual fue boicoteada por Rementería para que careciera de
quórum.
A
ello hay que sumar las balandronadas del diputado federal Rafael Acosta Croda, antes amigo de Rementería del Puerto y hoy neoyunista, quien desde que asumió el
cargo se ha dedicado a denostar a sus compañeros de partido que no comulgan con
los intereses que ahora representa. Eso, además de sus indignos espectáculos,
como el de presumir que se emborracha en eventos públicos y por lo mismo deja
de asistir a San Lázaro a legislar, que es para lo que se le paga con dinero
del pueblo.
Caro
le puede salir al PAN todo este desorden interno. Ambas corrientes están
dispuestas a despedazarse con tal de hacerse del control (y las candidaturas)
del panismo veracruzano. Lo que no parecen entender es que de nada les servirá
a sus particulares ambiciones tener un partido fragmentado. Con eso no ganarán
ni en sus colonias.
Y
todavía falta ver cómo concluye el proceso de reafiliación de militantes del
PAN, que fenece hoy. A ver cuántos quedan luego del hundimiento del barco.
Twitter: @yeyocontreras
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