EL DERECHO A LA SALUD, EN VILO
Fotografía: Cuartoscuro |
Este martes y tras más de dos semanas de que
comenzaron a resolverse los amparos en su favor, una docena de menores de edad
recibió sus primeras dosis de la vacuna Pfizer contra la covid-19.
Entre éstos se encontraba la joven xalapeña
Zulma González, quien adquirió notoriedad mediática gracias a un video que
subió a sus redes sociales y se viralizó, en el cual reclamaba al presidente de
México, precisamente, que el gobierno de Veracruz se había negado a aplicarle
la vacuna a pesar no solo de tener un amparo, sino de padecer diabetes tipo 1,
lo que la hace ser población en situación de alto riesgo ante un contagio.
La presencia de Zulma visibilizó la situación
de los otros menores de edad a los que finalmente se les respetó su derecho
gracias a la misma situación: la de contar con un amparo y, por ende, con la
protección de la justicia federal para hacerlo valer. Pero que no es la misma
circunstancia para todo ese sector de la población, al que se está obligando a
regresar a tomar clases presenciales sin ninguna clase de protección para su
salud.
Desde que comenzó a difundirse que los
juzgados federales otorgaron amparos a menores para recibir la vacuna
anticovid, el régimen emprendió una andanada para –como es su costumbre-
desacreditar a los jueces, a los padres de familia y, en uno más de los excesos
de miseria humana propios de la “4t”, hasta a los niños promoventes de los
recursos legales.
Desde el presidente Andrés Manuel López Obrador,
pasando por el subsecretario Hugo López Gatell y el gobernador veracruzano
Cuitláhuac García Jiménez, acusaron “intereses oscuros” y “mercantilistas” de
las farmacéuticas detrás del otorgamiento de los amparos y hasta en el hecho
mismo de recurrir a esta figura, cuyo objetivo es proteger a las personas de los
actos u omisiones de la autoridad que vulneren sus derechos humanos y sus
garantías.
¿Qué mayor omisión gubernamental que vulnere
derechos humanos en esta época que negar el derecho a la vacunación contra un
padecimiento que solamente en México ha provocado, en cifras oficiales,
prácticamente 270 mil muertes, pero que en números reales ronda las 700 mil, de
las cuales al menos unas mil fueron de menores de edad y niños?
En la emisión de la semana pasada de La Clave
–programa por Facebook Live que conducimos la periodista Mónica Camarena y un
servidor desde hace casi tres años-, uno de los abogados de los menores
amparados, Armando Pacheco del Valle, puntualizó acerca de la verdadera
intención y fundamento de los amparos concedidos a los menores, mismos que
distan un océano de las conspiraciones paranoides argüidas por autoridades
insensibles que, como López Gatell, se atrevieron a decir que vacunar a un
joven o un niño le “quitaría” una vacuna a alguien que estuviera en “mayor
riesgo”.
El jurista subrayó que los argumentos torales
de los amparos no son otros que el derecho a la salud y la no discriminación en
razón de la edad. Nada que ver con negocios por “debajo del agua”, pretexto
favorito de gobiernos como el federal y el de Veracruz para no invertir los
recursos de todos los ciudadanos en lo que deben, y en su lugar seguir
derrochándolos como habitualmente hacen.
Armando Pacheco hizo hincapié en lo que
finalmente obligó a las autoridades a aceptar la vacunación de los menores
amparados: porque tienen la obligación legal de aplicar la vacuna en los casos
que el Poder Judicial lo determine.
“No pueden decir que no, es un mandato
federal”, expuso el abogado, al tiempo de advertir que el desacato a una orden
del Poder Judicial trae consigo sanciones que van desde multas, la destitución
del cargo en el que se encuentren las autoridades en desobediencia y en casos
extremos, la privación de la libertad.
Pero precisamente por ello, quienes
accedieron ya a la vacunación son solo aquellos menores que obtuvieron la
protección de la justicia federal. Quienes no han acudido al amparo entre otras
cosas por falta de recursos suficientes o porque no padecen comorbilidades como
la joven Zulma, siguen desprotegidos y sin que el gobierno planee vacunarlos
pronto. Ello a pesar de existir autorización expresa de Cofepris para aplicar
el biológico en el rango de edad de 12 a 17 años y de que se mantienen en
resguardo unas 14 millones de dosis.
Su derecho a la salud sigue a la deriva.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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