VIOLENCIA DE ESTADO EN VERACRUZ
Imagen: video en redes sociales |
El gobierno del morenista Cuitláhuac García
Jiménez va que vuela para convertirse en el más represor de los últimos 20
años. Y vaya que esa vara la tenía alta.
A macanazo limpio, su policía se ha dedicado
en las últimas semanas a coartar cualquier expresión de protesta social o
política, en una actitud más cercana a la de los gobiernos bananeros
sudamericanos de los 70 que a la de una administración supuestamente
progresista y respetuosa de los derechos fundamentales, como presume ser en
general el régimen de la autoproclamada “cuarta transformación”.
La policía al mando del secretario de
Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado lo mismo agrede y detiene maestros
que a pobladores de municipios serranos, quienes protestan por diferentes
causas y lo único que logran como respuesta es la “ley del garrote” con la que
el gobierno estatal de Morena ha decidido darse a “respetar”.
En menos de tres días, la policía estatal se
dio vuelo contra decenas de veracruzanos. Lo mismo arremetió contra habitantes
del municipio de Maltrata, ubicado en una región asolada por el crimen
organizado, que contra pobladores de Comapa, en la zona de las altas montañas, también
infestada de delincuentes.
En Maltrata protestaban por el plagio de un
joven y, si bien algunos portaban armas –a ese extremo hay que llegar ante la
ausencia de garantías de seguridad en la entidad-, no agredieron a nadie.
En Huatusco, los habitantes del vecino municipio
de Comapa se presentaron en las instalaciones de la Fiscalía Regional para exigir
la liberación de un joven detenido por la misma policía, que para “dialogar”
lanzó gases lacrimógenos y toletazos a discreción contra los inconformes, entre
los que se encontraban menores de edad. Hasta a los reporteros que cubrían los
hechos les tocó su “tanda” de macanazos.
La violencia y los abusos policiacos han
tomado carta de naturalización en Veracruz desde que en el Congreso del Estado
se aprobó la reforma al Código Penal que da a los elementos de seguridad
pública la potestad de detener a quien se les ponga enfrente bajo el cargo de
“ultrajes a la autoridad”, tipo penal violatorio de los derechos humanos que por
eso mismo ha recibido múltiples condenas de parte de asociaciones civiles, profesionales
del derecho y defensores de garantías individuales. Mismas que el gobierno de
Cuitláhuac García simplemente ni ve, ni se digna a oír.
En ese sentido, no sorprenden los resultados
reflejados por el Índice
de Estado de Derecho en México 2020-2021 de World Justice
Project, organismo que durante más de una década ha aplicado encuestas en más
de 120 países para medir, desde una perspectiva ciudadana, su grado de adhesión
al Estado de Derecho, “a partir de las experiencias y percepciones de las
personas en temas como corrupción, contacto con las autoridades, seguridad,
victimización, derechos fundamentales y acceso a la justicia”, según se refiere
en el resumen ejecutivo del estudio.
De
acuerdo con este reporte, en el último año Veracruz retrocedió cuatro lugares
en los índices de adhesión al Estado de Derecho, ubicándose en la posición 26 entre
los 32 estados de la República con un puntaje de 0.37, donde 1.0 indica el
mayor respeto a la legalidad.
Pero
al acudir al análisis por factores particulares, el desempeño de la entidad es
simplemente desastroso. En materia de límites al poder
gubernamental se ubica al fondo de la tabla, ocupando el lugar 32 entre todas
las entidades federativas. O sea, el último. Lo que habla de un gobierno fuertemente
autoritario, como ha quedado de manifiesto en su respuesta a cualquier
expresión de protesta social. Pero no es lo peor.
La entidad también ocupa el último lugar
nacional en materia de justicia penal y derechos fundamentales. Y se encuentra
en el lugar 30 en el rubro de justicia civil, de acuerdo con este ranking.
Y por si algo faltara, en el rubro referido a
la principal “bandera” de los gobiernos de la llamada “cuarta transformación”,
Veracruz también ocupa un lugar bajo, mediocre: se ubica en el puesto 24 en el
índice de ausencia de corrupción. Ellos, los “honestos”, juran.
Y apenas estamos por ver hasta dónde están
dispuestos a llegar para retener el poder como sea en lo que resta de esta
semana.
Gráfico: World Justice Project
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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