“BENDITA” CORRUPCIÓN
Fotografías: archivo |
Cada que viene de gira al estado de Veracruz,
el presidente Andrés Manuel López Obrador llena de elogios al gobernador
Cuitláhuac García Jiménez. Incluso, en alguna ocasión se aventó la “puntada” de
decir que es una “bendición” que esté al frente del gobierno estatal, ya que se
trata de un hombre “honesto”.
Pero más allá de las perogrulladas, la
administración que formalmente encabeza García Jiménez no se ha distinguido por
su probidad –baste recordar la contratación de artistas a precios inflados para
la ceremonia del 15 de septiembre de 2019; o el nombramiento de su primo
Eleazar Guerrero como subsecretario de Finanzas y Administración, a quien mantiene
en el cargo a pesar del evidente nepotismo, tráfico de influencias y conflicto
de intereses que implica- ni por su transparencia. Mucho menos, por su respeto
a la legalidad.
Además, la “4t” tampoco ha demostrado ser
buena administradora del erario, como ha quedado de manifiesto con el
subejercicio en que ha incurrido invariablemente desde que asumió el gobierno
de Veracruz y que forma parte de las observaciones a la Cuenta Pública de 2019
dadas a conocer en estos días por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En total, lo observado por el órgano
fiscalizador federal representa un total de dos mil 413 millones de pesos que
podrían considerarse como posible daño patrimonial a la Hacienda federal. La
mayor parte se concentra en la Secretaría de Salud que encabeza Roberto Ramos
Alor, alfil político de la secretaria de Energía federal Rocío Nahle García.
En el rubro “Recursos Federales Transferidos
a través del Acuerdo de Coordinación Celebrado entre la Secretaría de Salud y
la Entidad Federativa”, que se refiere a los fondos de lo que era el Seguro
Popular (hoy Instituto de Salud para el Bienestar), la ASF determinó que “la
entidad federativa registró inobservancias de la normativa, principalmente en
materia de transferencia de recursos; registro e información financiera de las
operaciones; destino de los recursos; servicios personales; adquisiciones,
control y entrega de bienes, servicios y entrega de medicamentos; pagos a
terceros por servicios de salud; y transparencia que generaron un probable daño
a la Hacienda Pública Federal” por un importe de mil 963 millones 566 mil pesos.
Además, al gobierno que se ufana de haber
“terminado” con la corrupción y que lo “acredita” ejerciendo terrorismo laboral
contra la burocracia estatal, la Auditoría Superior de la Federación le señaló
que “no proporcionó la evidencia documental y justificativa, ni la validación
de mil 40 servidores públicos, que acredite que se encontraron en sus lugares
de adscripción y realizaron actividades relacionadas con las prestación de
servicios de atención a beneficiarios del Seguro Popular”. O lo que es lo
mismo, les detectaron “aviadores” (¿seguirán actualmente en el Insabi?) que
suponen un perjuicio al erario por 295 millones 782 mil 600 pesos.
En el dictamen de ese pliego de
observaciones, el órgano fiscalizador concluye que “el Gobierno del Estado de
Veracruz de Ignacio de la Llave no realizó una gestión eficiente y transparente
de los recursos transferidos a través del Acuerdo de Coordinación Celebrado
entre la Secretaría de Salud y el Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de
la Llave, apegada a la normativa que regula su ejercicio y no se cumplieron sus
objetivos y metas”.
La ASF también detectó irregularidades en la
adquisición de medicamentos -área en la que vale la pena recordar que a las dos
semanas de haber iniciado su gestión, el gobierno de Veracruz asignó por
adjudicación directa un contrato por 36 millones de pesos a la empresa
Abastecedora de Insumos para la Salud (Abisalud), propiedad del ex candidato de
Morena a gobernador de Jalisco y en ese entonces superdelegado del Bienestar
esa entidad, Carlos Lomelí, acusado de incurrir en tráfico de influencias-, en
el manejo de los recursos del programa Escuelas al Cien y, como señalamos
antes, una serie de reintegros millonarios de recursos a la Secretaría de
Hacienda a causa de su subejercicio –o sea, que no aplicaron ese dinero-, lo
cual en un estado con las carencias de Veracruz es un crimen.
¡Qué bendición!
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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