POR EL BOTÍN LEGISLATIVO
Fotografía: Congreso del Estado de Veracruz |
En
solidaridad con Sandra y Marco
Más
allá de desfiguros como el de un diputado que creyendo estaba en una cantina llevó
mariachis a la sesión de instalación del nuevo Congreso veracruzano, la LXV
Legislatura del Estado inició sus funciones con malas señales sobre lo que será
su comportamiento y la manera en la que tomen decisiones políticas.
Ensoberbecidos
por su mayoría legislativa, los diputados locales de Morena y partidos aliados
comenzaron por repartirse entre ellos el “pastel” en el Congreso y se
apoderaron de la Mesa Directiva, dejando fuera al PAN pese a ser la segunda
fuerza política en el Poder Legislativo.
La
excusa fue que en la anterior Legislatura los panistas hicieron exactamente lo
mismo y excluyeron a Morena de los órganos de toma de decisión del Congreso,
pese a haber sido también la segunda fuerza. Si bien esto es cierto, también es
un hecho que, como ha venido quedando de manifiesto en otros episodios
recientes, eso que con el nuevo régimen iban a cambiar las prácticas se está
quedando en el puro discurso.
La
integración de la Mesa Directiva también habla por sí misma. En la Presidencia
fue colocado José Manuel Pozos Castro, ex priista y ex panista que llegó al
Congreso del Estado bajo las siglas del Partido del Trabajo, y que en su primer
día como diputado local anunció que se integraba a la bancada de Morena. La
congruencia política, como resulta evidente, no es lo suyo. Sí en cambio, una
actitud abiertamente convenenciera que no encaja con la solvencia moral y
política que debería tener quien lleva la representación del Poder Legislativo
del estado.
En
la vicepresidencia de la Mesa fue nombrado Alexis Sánchez Castro, diputado por
Zongolica de Movimiento Ciudadano, partido que ya dejó atrás su fallida alianza
con el PAN y busca regresar, cual hijo pródigo, al seno del lopezobradorismo, y
cuyas señales de “buena voluntad” estarían siendo premiadas con una posición
que no se corresponde con lo obtenido en las urnas el pasado 1 de julio.
En
la secretaría de ese órgano fue designado el diputado plurinominal del PRI
Jorge Moreno Salinas, quien representa los intereses del ex candidato a
gobernador y actual diputado federal priista Héctor Yunes Landa, que estuvo
presente durante la sesión de instalación para “couchear” a su hija, Andrea
Yunes Yunes, diputada por el Partido Verde, franquicia que en Veracruz sigue
siendo “regenteada” desde su silla de ruedas en la Ciudad de México por el ex
gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Pero
no sólo el perfil de quienes son los personajes que integran la Mesa Directiva
dice mucho sobre el derrotero que puede seguir la LXV Legislatura del Estado,
sino también un hecho vergonzoso: pese a ser la primera vez que el Congreso de
Veracruz es integrado de manera paritaria por 25 mujeres y 25 hombres, en su órgano
de dirección y representación legislativa no fue incluida una sola mujer. Las
fuerzas dominantes en el Poder Legislativo las dejaron fuera a pesar de que se
dicen supuestamente progresistas, incluyentes y de “izquierda”. Habrá que estar
atentos a la integración de las comisiones para saber si se mantiene la misma propensión
a lo que sin dudas implica una regresión.
Lo
que resulta muy claro es que nos espera otro Congreso folklórico, cuyo nivel no
se aprecia que vaya a ir, con suerte, más allá de la medianía, y en la que la
consigna es la misma que en el pasado: tomar por asalto el botín legislativo.
Herebia, fuera
Ilustración: Octavio Sánchez Oropeza |
La
inédita megamarcha que este lunes protagonizó la sociedad orizabeña en protesta
por el asesinato a mansalva de los hermanos Ernesto y Román Pérez González a
manos de policías municipales, obligó al presidente municipal de esa ciudad,
Igor Rojí, a destituir –a regañadientes- a Juan Ramón Herebia como director de
Gobernación del Ayuntamiento.
Y
decimos que a regañadientes, porque el fin de semana lo acompañó durante una
rueda de prensa en el que el hoy ex funcionario anunció que solicitaba
“licencia” por 90 días en lo que las investigaciones se llevan a cabo y
arremetió con violencia verbal contra sus críticos. Es obvio que no se
pretendía ir.
Pero
la responsabilidad que se le señala a Herebia en éste y otros crímenes
perpetrados por la policía orizabeña desde hace varios años no puede quedar
saldada con su mero despido. Si Rojí quiere salvar su gobierno, debería actuar
en consecuencia.
Fotografía: tomada de redes sociales |
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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