KARIME, SÓLO UN BOTÍN ELECTORAL
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Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
A estas alturas, nadie duda que la esposa de
Javier Duarte de Ochoa, Karime Macías Tubilla, jugó un rol protagónico en la
marejada de desvíos de recursos con la que saquearon al estado de Veracruz
durante el pasado sexenio.
Señalada como el verdadero “cerebro” detrás
de la triangulación de recursos públicos que al final fueron a parar a cuentas
bancarias y propiedades adjudicadas a prestanombres, Macías Tubilla fue, como
suelen ser las “primeras damas”, prácticamente intocable durante la
administración de su marido, que le concedió amplias parcelas de poder desde
las cuales hacía sentir su influencia, dentro y fuera del gobierno. No es
exagerado afirmar que los funcionarios de todos los niveles temían más
contrariarla a ella, que al propio gobernador.
Muy pocos medios y periodistas se atrevieron
a exhibir en su momento los excesos de Karime Macías y sus familiares
incrustados en la nómina estatal -como Córsica Ramírez y Brenda Tubilla-, que
desde entonces ya eran conocidos y comentados de manera soterrada, por miedo a
las represalias.
En la Rúbrica se publicó, por ejemplo, la historia
del examen de grado doctoral que presentó Karime Macías el 30 de septiembre de
2014 en la Universidad Complutense de Madrid, ciudad a la que la acompañaron
desde México unos cien invitados cuyos gastos fueron cubiertos en su totalidad
por el Gobierno del Estado de Veracruz, incluyendo el transporte aéreo, la
alimentación y el hospedaje en el hotel Villa Magna. La recepción se llevó a
cabo en el Teatro Real, un ala del Palacio Real de Madrid, lugar frecuentado
por el “jet set” de la capital de España.
Una vez caídos en desgracia los Duarte
Macías, muchos de los que callaron hasta la ignominia durante seis años, se
envalentonaron y comenzaron “despepitar” en contra del defenestrado matrimonio.
Y comenzaron a conocerse otras historias de excesos, desvíos de recursos
públicos y monstruoso enriquecimiento. De eso, ya hace más de dos años.
Precisamente por esto último es que la orden
de aprehensión contra Karime Macías anunciada este domingo por el fiscal
general del Estado, Jorge Winckler Ortiz, no puede verse de otra manera más que
como otro artificio electorero del régimen que sucedió al de Javier Duarte, y
que ante la ausencia de resultados concretos en materia de seguridad y
desarrollo económico, se ha aferrado al tema de la persecución contra el
duartismo aplicando la justicia de manera selectiva y de acuerdo con su
particular conveniencia política.
Los datos en los que sustenta la Fiscalía
General del Estado su acusación contra Karime Macías Tubilla por probable daño
patrimonial al Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia por un
monto superior a los 112 millones de pesos, los tuvo a su disposición desde que
tomaron el gobierno. Algunas de las adquisiciones a través de empresas fantasma
que se le achacan incluso habían sido publicadas ya en la prensa local.
De hecho, desde antes de las elecciones de
2016, el entonces candidato Miguel Ángel Yunes Linares y su abogado Jorge
Winckler ya habían presentado una denuncia, el 3 de abril de aquel año, en la
que involucraban a Karime Macías en el delito de enriquecimiento ilícito como
integrante –junto con varios de sus familiares- de una red en la que se
hicieron de una fortuna en bienes inmuebles a través de prestanombres. Meses
después comenzarían a conocerse a detalle esas propiedades.
El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares
siempre tuvo en su poder esta información, pero decidió “administrarla” y darla
a conocer a cuentagotas. Y ahora, exactamente a la mitad de las campañas por la
gubernatura -cuando en las encuestas serias se evidencia que la candidatura del
hijo del gobernador está estancada- se lanza penalmente contra Karime Macías,
con la nada oculta intención de continuar lucrando electoralmente con un tema
que pudo haber zanjado, por lo menos, hace año y medio.
Con varias agravantes: en caso de que se
localice y proceda a la aprehensión de la ex presidenta del DIF, que por lo que
se sabe radica en Londres, el proceso de extradición –que tendría que solicitar
el Gobierno Federal, a través de la PGR- seguro se prolongaría por varios meses.
Y eso, en caso de que en verdad quisieran detenerla.
Porque ni a Arturo Bermúdez, ni a Mauricio Audirac ni a ningún otro de los
duartistas que hoy están presos, les avisaron que iban a por ellos. ¿O de veras
creen que Karime Macías los va a estar esperando?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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