YA DIERON POR MUERTO A ANAYA
Fotografía: archivo |
“Seremos un contrapeso a las locuras de este
señor (…). Estoy acostumbrado a trabajar en la oposición, ya trabajé con dos
gobernadores que me hicieron la vida imposible y no pudieron”.
Estas fueron las palabras del candidato del
PAN-PRD-Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes
Márquez, cuando habló de lo que haría en caso de ganar la elección del 1 de
julio frente a un eventual gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López
Obrador.
Con su particular estilo sobrado y arrogante,
Yunes Márquez presumió ante un grupo de empresarios de la capital del estado
que él solo pudo contra los ex gobernadores Fidel Herrera Beltrán y Javier
Duarte de Ochoa en los dos periodos en los que fue presidente municipal de Boca
del Río, y hasta vaticinó que López Obrador tendría enfrente a 28 gobernadores
de oposición.
Más allá de las bravatas y de las verdades a
medias –en su primer periodo como alcalde tuvo respaldo y recursos a manos
llenas del gobierno del panista Felipe Calderón, mientras que en el segundo también
recibió millonarios fondos federales de la administración del priista Enrique
Peña Nieto, como los que usó para edificar con sobreprecio el faraónico Foro
Boca-, en las palabras de Yunes Márquez se nota una aceptación tácita de la,
aparentemente, irremediable victoria de López Obrador en los comicios
federales.
Y con ello, se confirma lo que ha sido muy
evidente desde que iniciaron las campañas presidenciales, e incluso desde
antes: que los Yunes panistas no están dispuestos a sacrificarse por Ricardo
Anaya y están dispuestos a dejar morir su candidatura para enfocar su atención
y sus recursos en la del hijo del actual gobernador. Es más, ya lo dieron por
muerto.
En Veracruz prácticamente no se ve la campaña
de Ricardo Anaya, al contrario de la de Miguel Ángel Yunes Márquez, cuando se
supone que tendrían que ir a la par, pues comparten el mismo proyecto político.
O al menos, eso se supone. Pero la realidad indica otra cosa.
Aunque tampoco se podría descartar del todo,
es muy poco probable que dicha actitud obedezca a un “pacto” entre el yunismo
gobernante en Veracruz con el peñismo en aras de enfrentar juntos a López
Obrador, usando a Anaya como mero peón de ajedrez, como también se ha sugerido
desde que arrancaron las campañas. La lógica podría estar en otra
circunstancia.
Hay que recordar que cuando el priista Fidel
Herrera gobernó Veracruz como señor feudal, le tocaron dos presidentes panistas,
Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Y fue precisamente gracias a
ese hecho que pudo hacer prácticamente lo que se le dio la gana en el estado,
pues no tuvo nunca un “jefe político” que le dijera lo que tenía que hacer y
sí, en cambio, el respaldo de un partido con influencia en el Congreso de la
Unión y con varias gubernaturas, lo que frenó a los mandatarios blanquiazules
para ponerle un alto a sus, desde entonces, conocidos excesos. Incluso, Fox
terminó convertido en patético palero del PRI.
Esa parece ser la aspiración de Yunes
Márquez: que se forme una especie de frente de gobernadores de oposición para
hacer ese contrapeso del que habló ante los empresarios contra una posible
Presidencia de López Obrador, que le permita además tener jugada y exposición
política propia, en lugar de estar supeditado a un mandatario panista como
Ricardo Anaya, que ha demostrado ser tan autoritario como Andrés Manuel a la
hora de hacer política.
Claro, Miguel Ángel Yunes Márquez primero
tendría que ganar las elecciones en Veracruz. Y la última encuesta de Reforma
demuestra que las cifras no son tan alegres –para ellos- como habían querido
hacer creer a los veracruzanos.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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