LA NARRATIVA DE LA CENSURA
Es una arraigada costumbre de los políticos
en cargos de gobierno en México calificar las críticas a su desempeño o a la
situación imperante como “hablar mal” del país, el estado o el municipio, dependiendo
a quien se dirija el señalamiento.
Eso tiene una lógica muy simple –o más bien,
simplona, en realidad-: si se habla “mal” de un gobierno o se pone en evidencia
una situación caótica en el territorio gobernado por tal o cual político, la
“verdadera intención” es hacer “quedar mal” a la demarcación, lo que en
automático convierte al crítico en un “mal ciudadano”, si no es que hasta en un
“traidor” a la tierra donde nació o vive. Claro, desde la óptica del político
evidenciado como incompetente o corrupto.
Siempre que algún gobernante alude a que “hay
que hablar bien de”, en realidad se está intentando excusar de lo que está
haciendo mal, de lo que ha dejado de hacer o de lo que es incapaz de
solucionar, aun cuando sea ésa su responsabilidad y función.
Junto con esa “recomendación”, viene
aparejada toda una estrategia de “contención” para que en los medios de
comunicación se dejen de exhibir problemas como la inseguridad, la violencia,
la corrupción, la crisis económica o los abusos de autoridad. Puede ser por la
vía del “generoso” convenio que vuelve más “rosa” la percepción de la realidad.
Pero si no funciona, también aplica la intimidación, el acoso, hasta llegar a
la abierta censura vía la violencia.
En Veracruz, esa narrativa ha buscado ser
impuesta por todos los gobernadores de los últimos 25 años, periodo en el que paulatinamente
se dio una apertura en los medios que dio paso a la crítica al poder,
impensable en los tiempos de la hegemonía priista. De Miguel Alemán a Fidel
Herrera, Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes y Cuitláhuac García, todos se
quejaron de que se hablara “mal” de Veracruz, como si Veracruz fueran ellos.
Todos, fracasaron en el intento.
En su discurso de apertura como gobernadora,
Rocío Nahle cayó en la misma tentación. En medio de un rosario de lugares
comunes, la mandataria también pidió “hablar bien de Veracruz”, lo que algunos
vieron como instrucción a acatar de inmediato, acusando que existe una supuesta
“guerra sucia” de “poderes fácticos” que pretenden sacar provecho de “aparentes
realidades”.
Y sin demora, la propia gobernadora se dio a
la tarea de intentar cambiar la realidad a su conveniencia. El pasado lunes,
negó el hallazgo de una fosa clandestina en Hueyapan de Ocampo, asegurando que
“no hay nada”, cuando fueron policías los que alertaron sobre la misma el fin
de semana y la propia Fiscalía General del Estado dio crédito a que por lo
menos, algo se encontró ahí.
Todo indica que, tal como sucedió en el
sexenio de Javier Duarte en particular, la Coordinación de Comunicación Social
del gobierno estatal se encargará de sembrar la desinformación y de tratar de
esconder la realidad, como quedó de manifiesto esta semana a raíz de que se
informó que un tráiler que transportaba equipo para el concierto que el
cantante Luis Miguel ofreció este miércoles en el puerto de Veracruz, fuera
asaltado en carretera.
Comunicación Social falseó los hechos
circulando una imagen de la nota que daba cuenta del atraco, a la cual le
superpuso letras rojas con la leyenda “Noticia falsa” y los logos del gobierno
estatal. Una imitación de lo que suele hacer el encargado del Sistema Público
de Radiodifusión, el ex periodista devenido en propagandista Jenaro Villamil,
para intentar demeritar información que exhiba al gobierno federal.
Solo que la empresa Piso Modular y Escenarios
de México (Pisomex), encargada del traslado del equipo, salió a confirmar lo
que, de por sí, ya sabemos que sí ocurre en Veracruz: que en sus carreteras te
atracan.
“En relación con las notas que han circulado
sobre el robo de equipo transportado en un tráiler con destino al concierto de
Luis Miguel en Veracruz, Piso Modular y Escenarios de México SA de CV desea
confirmar que estos lamentables hechos son ciertos. El pasado 3 de diciembre,
fuimos víctimas de la delincuencia que azota las carreteras de nuestro país. El
robo se llevó a cabo con violencia y a mano armada, poniendo en riesgo la
integridad de quienes estaban involucrados en el transporte del equipo”, reveló
la empresa, exhibiendo las falsedades del gobierno estatal.
¿Qué ganan queriendo ocultar la realidad?
Quién sabe qué es lo que crean. Lo cierto es que está en marcha la imposición
de una narrativa de censura desde antes que iniciara la administración de Rocío
Nahle, con sus textoservidores y cibersicarios agrediendo a medios y periodistas
críticos con listas negras ridículas, en un intento por amedrentar, mientras
sus voceros se ponen de tapete para simular que en Veracruz no pasa nada.
Nada, es lo que han aprendido.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras
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