DECAPITARON LA DEMOCRACIA
Este fin de semana, México atestiguó uno de
los momentos más grotescos y vergonzosos de su historia reciente, en el cual el
parlamento fue transformado en un circo de tintes cavernarios.
Sin sustento legal, atentando contra sus
derechos, través de una “tómbola” los senadores obradoristas –y vale la pena
hacer la puntualización, pues es al expresidente al que le rinden cuentas-
determinaron quitarle su trabajo, porque quieren y porque pueden –con la venia
del “pueblo bueno”, juran-, a cientos de jueces, magistrados y trabajadores del
Poder Judicial de la Federación, destruyendo la carrera judicial y encaminando
al país hacia un estado de indefensión jurídica sin precedentes.
No es exageración. Desde hace varios meses
ya, el desacato flagrante en que han incurrido los poderes Ejecutivo y
Legislativo ante las resoluciones del Judicial han, en los hechos, dinamitado
por completo el estado de Derecho en el país y desaparecido de facto la
división de poderes, comprometiendo realmente el sistema democrático que costó
años, sangre y miles de vidas construir, para convertir a México de un plumazo en
una suerte de república bananera, donde lo que privará en adelante será la ley
del más fuerte.
La desinstitucionalización del país promovida
por el obradorismo gobernante –porque por desgracia, la presidenta Claudia
Sheinbaum no se asume como quien ahora tiene sobre sus hombros la
responsabilidad de las decisiones que se toman y se ha adherido obediente a la
deriva autoritaria ordenada por su antecesor- tendrá un efecto devastador en
los tiempos por venir para la ciudadanía de a pie y, tarde que temprano, también
alcanzará a los verdugos de hoy, quienes invariablemente se convertirán en las
reses del mañana.
La delirante embestida del obradorato contra
el Poder Judicial federal no es fortuita ni se reduce a una mera venganza de un
expresidente autócrata hacia los únicos que le hicieron frente en su malhadado
sexenio: forma parte de un proyecto que contempla la restauración de un régimen
autocrático, de partido hegemónico, profundamente antidemocrático e iliberal, que
se pensaba superado; una forma de gobierno que no admite ni tolera disidencia
alguna y que, una vez destruidos todos los cauces legales para defenderse de
los abusos, los cometerá sistemáticamente, de manera soez.
¿Quién se va a atrever a defender a un
ciudadano de un abuso de poder? ¿Qué juez que le deba el cargo al partido
oficial le va a dar la razón a un crítico o a un opositor? ¿Quién se va a
arriesgar a aplicar lo que dice la ley si eso le puede provocar represalias
inmediatas?
No hay especulación en estas preguntas. Esos
abusos ya suceden. Solo que hasta hace poco, los ciudadanos podíamos acudir a
la instancia federal para defendernos. La reforma judicial elimina esa
posibilidad desde el momento mismo que no respeta legalidad alguna, que ha pisoteado
la Constitución y ultrajado los derechos de las personas juzgadoras. ¿Por qué
no haría lo mismo con cualquier otra?
Las conductas gorilescas de los que antes,
desde la minoría opositora, reclamaban espacios de diálogo y hoy, empoderados,
los cancelan, son el preludio de tiempos negros, en los que la libertad de
expresión también se coartará y se buscará ahogar. También hay señales muy
claras de eso.
“Ad hoc” con estos días violentos, desde el
morenato obradorista, cual sicarios, decapitaron la justicia y la democracia. Y
lo decidieron en una pinche “tómbola”.
Un
crimen y muchas dudas
El crimen del cineasta Víctor Muro, que
conmocionó a Xalapa la semana pasada, deja muchas dudas en el aire que
pareciera que la Fiscalía de Veracruz quiere enterrar imputando a quien resulta
más fácil cargarse.
Pero lo cierto es que no queda claro quién
llamó dos veces a la policía para avisarle de la barbarie cometida a unas pocas
cuadras del cuartel de San José. Ni hay una explicación sobre cómo un fotógrafo
pudo cercenar un cuerpo humano con la precisión que describieron quienes vieron
los restos, lo cual no cualquiera tiene capacidad de hacer.
Mucho menos resulta lógico que a quien se
responsabiliza como el presunto homicida regresara, herido, a la escena del
crimen, para con ese solo hecho incriminarse.
¿Qué o a quién ocultan?
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras
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