ELEVAR LA TENSIÓN Y EL TONO AUTORITARIO
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Fotografías: Yerania Rolón/ Luis Enrique González |
El ambiente político en Veracruz se enturbia
rápidamente entre más se avanza hacia el momento de la sucesión en la
gubernatura.
Sabedor de todos los excesos y abusos en que ha
incurrido durante el sexenio que se acerca a su último tramo, el gobernador
Cuitláhuac García Jiménez se aferra al poder que inevitablemente se le va de
las manos, pues más temprano que tarde vendrá el cobro de todas las facturas
pendientes por los agravios cometidos.
Manipulando con todo al aparato judicial de la
entidad, García Jiménez busca mantener amarras del poder junto con la
aprobación presidencial recurriendo al abuso descarado, mostrando su lado más
autoritario a través de la persecución de adversarios políticos y el sometimiento
de servidores públicos vía la Fiscalía General del Estado y el Tribunal
Superior de Justicia, ambas instituciones reducidas a serviles “brazos
ejecutores” de las venganzas del gobernador y su grupo.
El “affaire” del caso Rogelio Franco es el
ejemplo más claro de lo anterior, aunque está lejos de ser el único. Luego de
más de dos años de mantenerlo preso mediante una serie de chicanadas
legaloides, el ex secretario de Gobierno y diputado federal electo del PRD
logró salir de prisión este fin de semana, aunque se mantendrá en arraigo
domiciliario para seguir los procesos legales que la Fiscalía estatal le ha
abierto con el objetivo de neutralizarlo políticamente.
Ese mismo día que ya no pudieron mantener en
prisión a Franco y le cambiaron la medida cautelar, el gobierno de Cuitláhuac
García recurrió a la intimidación de otros actores políticos aliados del
perredista, para dejar claro que va a seguir actuando de la misma forma contra los
que considera sus enemigos políticos.
De camino hacia Xalapa para asistir a la
audiencia de Rogelio Franco, el ex senador y ex dirigente estatal del PRD,
Arturo Hérviz Reyes, fue detenido y trasladado al penal de Pacho Viejo por
supuestos delitos cometidos durante su gestión como alcalde de Ángel R. Cabada.
Horas después, el perredista recobró su libertad. En realidad, el objetivo era
tomarle la foto de la detención para la ficha correspondiente y humillarlo.
Casi al mismo tiempo, también en la capital
del estado, policías estatales detuvieron en las calles del centro de la ciudad
al dirigente estatal del PAN Federico Salomón, sin causa real, más que a los
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública les pareció “sospechosa” la
manera en la que circulaba el político.
Nada de ello es producto de la casualidad. La
intimidación y amenazas a jueces, la persecución judicial de contrincantes
políticos, el hostigamiento a los periodistas, son parte del mismo mensaje: es
lo mínimo que el régimen estará dispuesto a hacer en los tiempos por venir con
quienes le disputen el poder que creen que les pertenece o que desvelen sus
abusos, incompetencia e innumerables corruptelas.
Pero son tan burdos y silvestres que hasta “a
los de casa muerden”. Como sucedió el mismo viernes pasado en Coatzacoalcos con
el aspirante presidencial del Partido Verde, Manuel Velasco Coello, quien de
gira proselitista por el sur de Veracruz también fue detenido por policías
estatales e incluso hasta encañonado. ¡Y eso que es “aliado” de la “4t”!
Ése es en suma el verdadero problema. Al
elevar la tensión y el tono autoritario, Cuitláhuac García está subiendo también
el nivel de la confrontación y provocando un entorno en el que la violencia se
puede encender con una pequeña chispa.
Y sobre sus hombros cargará con esa
responsabilidad. Ya lo está haciendo, y no lo está soportando.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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