UNA CLOACA, EL PODER JUDICIAL EN VERACRUZ
Fotografía: archivo |
Para nadie es un secreto que el Poder
Judicial del Estado de Veracruz está envuelto en una serie de escándalos por el
brutal desaseo con el que ha sido manejado desde que arribó la “4t” al gobierno
del estado.
Y no es que antes del actual régimen el
Tribunal Superior de Justicia de Veracruz (TSJEV) se hubiera conducido con
pulcritud. Todo lo contrario y sobran pruebas de ello. Sin embargo y muy al
estilo de eso que se hace llamar la “cuarta transformación”, el hambre de poder
y dinero de quienes se vieron de pronto “en la plenitud del pinche poder” como
jamás en sus vidas imaginaron, les ha llevado a rebasar todo límite, no solo
legal, sino el del mínimo cuidado de las formas.
Como pandilleros, desde el Ejecutivo y el
Legislativo orquestaron el “abordaje” del TSJEV imponiendo en su presidencia a
incondicionales. Solo que la primera, Sofía Martínez, al darse cuenta que lo
que le pedían le implicaría responsabilidades legales posteriores, se negó a
autorizar los “negocitos” de los que se ufanan de no ser “iguales”, lo que le
valió ser defenestrada y perseguida por el régimen de Cuitláhuac García y sus
testaferros, al tal grado que murió autoexiliada de Veracruz.
Su sustituta, Isabel Inés Romero Cruz,
entendió perfectamente para que la pusieron en el cargo: para cerrar los ojos y
hacer lo que le indicaran. Solo que ha llevado la sumisión a niveles grotescos,
sirviendo incluso como “porrista” de Morena mientras hace jirones la
investidura y pisotea la división de poderes.
Desde dos dependencias del Ejecutivo estatal se
ejerce el control sobre el TSJEV: las secretarías de Gobierno y de Finanzas y
Planeación. La primera “aprieta” a los magistrados y opera el sometimiento del
Poder Judicial, por la buena o por la mala, como lo denunció la misma Sofía
Martínez antes de morir. La segunda tiene en la directora general de
Administración, Joana Marlen Bautista Flores, a su operadora financiera, quien
a decir de la magistrada Concepción Flores Saviaga es la responsable del
desfalco al Poder Judicial que lo dejó sin presupuesto a la mitad del año
pasado.
En la emisión de La Clave de esta semana
–programa de análisis por internet que un servidor co-conduce con la periodista
Mónica Camarena-, Flores Saviaga reiteró la denuncia pública que había hecho
con antelación sobre un atraco por 900 millones de pesos en el TSJEV. Pero fue
más allá.
Afirmó que ese dinero fue a parar a las
elecciones del año pasado, para lo cual que se tomaron recursos de los fondos
de retiro de los trabajadores del Poder Judicial y, en un extremo aberrante,
hasta de lo que se deposita en los juzgados como pago de las pensiones
alimenticias de menores de edad. De lo cual también responsabilizó a la
directora general de Administración, con la anuencia de la presidenta.
No hay que olvidar que Bautista Flores fue
enviada desde la Secretaría de Finanzas por el poderoso subsecretario Eleazar
Guerrero Pérez –primo hermano del gobernador Cuitláhuac García Jiménez-, con
quien además dirige la asociación “Unidos Todos”, membrete aparecido en este
sexenio y a través del cual se desvían recursos públicos a temas políticos,
como quedó claro con el millonario derroche en la ilegal campaña de promoción
de la fracasada consulta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel
López Obrador.
La manera en la que el régimen ha ido
acallando las voces críticas en el TSJEV ha sido a través de la prebenda, la
amenaza directa o de plano la jubilación forzosa que le han aplicado a varios
magistrados –incluida la propia Concepción Flores Saviaga, a quien le
“regalaron” de cumpleaños un oficio exigiéndole desalojar sus oficinas-,
violentando en varios casos un principio básico del derecho, que establece que
ninguna ley se puede aplicar de manera retroactiva en perjuicio de las
personas.
Así la cloaca en el Poder Judicial de Veracruz.
En todo el gobierno, en realidad.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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