ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR SEGUIRÍA EN EL PRI

Fotografía: archivo Desde que comenzó el sexenio fue evidente, obvia, la intención del régimen de la pretendida “cuarta transformación” por destruir el sistema electoral que, irónicamente, le permitió arribar al poder. Y más irónico y lamentable aún es que ese entramado institucional que permitió tener elecciones más confiables –en comparación con lo que se tenía antes de la década de los 90- fue impulsado especialmente por la izquierda democrática del país, la que provenía de la lucha social e incluso la que se había desarrollado dentro del propio sistema priista, del que se escindió en 1987 con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo del Partido Revolucionario Institucional. La lucha que esa izquierda y el propio Partido Acción Nacional encabezaron por décadas para hacerse escuchar, para acceder a espacios de representación popular y para competir legítima, legal y equitativamente por el poder encontró la ruta a través de la ciudadanización del árbitro con la...