GOBERNADOR ENCLENQUE
Fotografía: Twitter de @Claudiashein |
En el gobierno que encabeza Cuitláhuac García
Jiménez ya no saben qué hacer para detener su debacle, que todos los días muestra
nuevos signos de la descomposición que se extiende por todas sus áreas.
Ensoberbecido por un poder que jamás imaginó
tener, confiado en que con el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador
le basta para sostenerse a pesar de su incapacidad manifiesta para gobernar,
Cuitláhuac García lleva a Veracruz, cada vez con mayor celeridad, hacia un
despeñadero en materia económica y de seguridad que, por desgracia, ya hemos
vivido antes en el estado.
Los episodios de terrorismo criminal de días
pasados con la ejecución y abandono en la vía pública de más de diez cuerpos
humanos torturados, nos remontan al inicio del sexenio de Javier Duarte de
Ochoa, cuando comenzó una de las etapas más oscuras de la historia moderna de
la entidad y que empezó igual, con tiraderos de cadáveres. Ya sabemos cómo
terminó.
A ello hay que sumar la violencia política. En
un ánimo represor que no se hubiese esperado de un académico supuestamente
“progresista”, el régimen de Cuitláhuac García se embarcó en un callejón sin
salida con la reforma del Código Penal que llevó a la tipificación del delito de
ultrajes a la autoridad, con el cual el gobierno estatal ha perseguido a
adversarios políticos y ha reprimido a quien se atreve a protestar contra su
desastrosa manera de gobernar. Y de paso, le dio paso libre a la policía
estatal para cometer todo tipo de abusos. El más reciente, el robo de la nómina
de una empresa local.
Mientras las corporaciones de seguridad están
“ocupadas” persiguiendo ciudadanos, nadie se puede sentir a salvo en ningún
rincón de la entidad. Y menos, si milita en la oposición partidista o es
crítico del régimen. Tan solo este domingo fue asesinado el dirigente municipal
del PAN en Yanga, Raúl Castillo, lo que ya provocó airados reclamos de la nueva
dirigencia de ese partido en el estado, que a diferencia de la anterior no le
va a lavar la cara a un gobierno que, en el mejor estilo de la “cuarta
transformación”, es incapaz de reconocer sus carencias y pifias y recurre al
gastado recurso de culpar al pasado. Cuando ya va a la mitad de su
administración.
Las consecuencias las está pagando caras. La
Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió a finales del año pasado senda
recomendación en contra del mismo Cuitláhuac García por los abusos de autoridad
cometidos por su gobierno. Y la comisión en el Senado de la República impulsada
por Ricardo Monreal y Dante Delgado tras la detención del operador de ambos,
José Manuel del Río Virgen, continúa documentando todas sus tropelías con miras
a aplicar una posible desaparición de poderes en el estado, que si bien es poco
probable que llegue a concretarse, no deja de sentar un precedente y
representar una marca funesta para el que ya se consigna en medios nacionales e
internacionales como el peor gobernador de México.
Desesperado, Cuitláhuac García recurre a todo
tipo de desfiguros para hacer creer que cuenta con fortaleza política y apoyo
popular. Lo mismo se confecciona encuestas a modo que manda a los empleados
estatales y a los diputados locales de Morena a que lo “defiendan” de las
críticas y los señalamientos a su infame manera de gobernar. Y ahora hasta se
inventa “convenios” con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y favorita
del presidente López Obrador para sucederlo, Claudia Sheinbaum Pardo, con tal
de tomarse la foto con ella. ¿El resultado? Una tunda en redes sociales, tiro
por viaje, que refleja su descrédito.
La única manera de evitar la caída libre
sería dar un golpe de timón y hacer cambios en áreas sensibles y que enfrentan
serios señalamientos, como en la Secretaría de Gobierno, o que de plano son una
nulidad, como en la Secretaría de Seguridad Pública. El problema es que
Cuitláhuac García ni siquiera fue quien colocó ahí a sus titulares. ¿Cómo
podría quitarlos?
Cuitláhuac García es un gobernador enclenque,
que está cerca de quedar desfondado. Y los vacíos de poder siempre se llenan.
Muchas veces, de la peor manera.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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