MILLONADAS PARA OPERAR LAS ELECCIONES
Fotografía: archivo |
El uso discrecional y con fines electoreros
de los recursos de los programas sociales gubernamentales fue uno de los
pilares que sostuvieron al régimen político priista en sus años de mayor
poderío. Algo que no cambió mientras el PAN gobernó el país ni cuando el PRI
retomó el poder en 2012.
El asistencialismo ha sido el arma con la
cual gobierno tras gobierno aprovecharon la altísima desigualdad y marginación
en la que viven millones de mexicanos, a quienes se les ofrecen esos “apoyos”
no para sacarlos de su situación de postración, sino para ganarse su favor
electoral. E incluso, para coaccionar su preferencia.
El diseño de la mayoría de los programas
sociales de la era moderna –desde el de “Desarrollo Compartido” de Luis
Echeverría pasando por “Solidaridad” con Carlos Salinas y sus subsecuentes
versiones de variada denominación- ha obedecido siempre a la lógica de la
creación de clientelas electorales y no a la procuración de condiciones de desarrollo
que se traduzcan en oportunidades reales de una mejor vida para la población.
Y para comprobar esta afirmación, basta
observar el aumento del llamado “gasto social” desde los años 70 del siglo XX
hasta la segunda década del actual: salvo una caída en el sexenio de Miguel de
la Madrid –producto de la mega crisis provocada por el derroche populista de
José López Portillo-, el presupuesto público destinado a programas para
combatir la pobreza siempre ha ido a la alza. Sin embargo, más de la mitad de
los mexicanos sigue viviendo en condiciones paupérrimas, hasta la fecha.
El gobierno de la autoproclamada “cuarta
transformación” no ha sido la excepción. Apenas asumió la presidencia de México
Andrés Manuel López Obrador, quedó claro que su estrategia respecto de la
pobreza en el país es meramente de tipo político. Con la diferencia de que su
gobierno ha apostado al asistencialismo más vil su propia viabilidad y la
permanencia de este grupo en el poder, superando con creces a sus antecesores y
obteniendo, como era previsible, resultados similares. Amplificados, además,
por los efectos de la pandemia.
Así, durante 2020 la pobreza extrema en
México aumentó entre 8.9 y 9.8 millones de personas, de acuerdo con cifras del Centro
de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop). Pero esto, lejos de ser visto
como una tragedia, representa una oportunidad para un régimen que abiertamente
lucra con la necesidad y también con el paternalismo y con la perniciosa costumbre
de simplemente estirar la mano de muchos mexicanos.
Es los dos años que lleva la “4t” en el poder
prácticamente todos los recursos públicos se han concentrado en esos programas
asistencialistas –junto con las tres obras insignia faraónicas y absurdas del
gobierno federal- que se ampliaron hasta niveles demenciales, al grado de que
para mantener su financiamiento se ha llevado a cabo un criminal
desmantelamiento institucional cuyas consecuencias en materias de salud,
educación, desarrollo tecnológico y rendición de cuentas serán devastadoras en
el futuro inmediato.
Pero este año electoral, lo que veremos será
todavía peor. El derroche de dinero para comprar conciencias o simplemente para
comprometer lealtades a cambio de un mendrugo será descomunal. Y ni siquiera es
que pretendan ocultarlo o al menos disimularlo.
En Veracruz, el estado con el tercer padrón
electoral más grande del país, este año se canalizarán más de mil 700 millones
de pesos a programas operados por la Secretaría de Desarrollo Social estatal y
el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Dif). Exactamente
mientras transcurren las campañas y las elecciones federales intermedias, así
como las locales en las que se renovarán los 212 ayuntamientos y el Congreso
del Estado.
Millonadas para operar las elecciones. Y al
final, la pobreza seguirá ahí.
Impresentables
Al “impoluto” partido de la “cuarta
transformación” y el “combate a la corrupción” se siguen arrimando verdaderos impresentables,
como el ex contralor duartista Iván López Fernández –que salió del gobierno de
Javier Duarte ¡señalado por corrupción!-, quien se registró como precandidato
de Morena a la presidencia municipal de Emiliano Zapata.
Se
ve que ahí se sienten cómodos. Y los reciben como si ¿fueran? de
casa.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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