PEÑA Y DUARTE: RELACIÓN ROTA
Fotografía: Presidencia de la República |
No es en absoluto algo nuevo el hecho de que la relación
entre el presidente de la República Enrique Peña Nieto y el gobernador de
Veracruz Javier Duarte de Ochoa es distante, fría, de mero protocolo. Mala,
pues.
Esto es así desde que Peña Nieto perdió en Veracruz la
elección presidencial. Una vez que asumió la Presidencia, le hizo sentir a los
políticos veracruzanos su aversión, lo que se tradujo en poca obra pública y
recursos para el estado, salvo el que por ley le corresponde. Pero nada más.
Sin embargo, el enfriamiento de la relación parece haber
llegado a un punto sin retorno, como pudo apreciarse en la más reciente visita
de Peña Nieto a Veracruz, en la que sin siquiera preocuparse por disimularlo, el
Presidente ignoró olímpicamente a su anfitrión.
Durante la conmemoración del 101 aniversario de la
defensa del puerto de Veracruz en las instalaciones de la Heroica Escuela Naval
Militar, Peña Nieto se aseguró de mantener lo más alejado posible de sí a
Duarte, quien no fue colocado junto al Presidente en el presídium.
Además, al pronunciar su discurso durante el acto
protocolario, Peña Nieto ni siquiera mencionó que se encontraba presente el
gobernador veracruzano, y en cambio sí lo hizo con su homólogo del Estado de
México, Eruviel Ávila, de quien a ciencia cierta no se supo el motivo o la
justificación de su asistencia a un acto de la Marina en la entidad. Además, la
Oficina de la Presidencia de la República no emitió una sola fotografía en la
que apareciera el Gobernador de Veracruz cercano a Peña, ni siquiera por default.
Por si no bastase, durante la comida realizada en el Club
Naval, Duarte de Ochoa fue colocado lejos en la mesa en
la que se sentó Enrique Peña Nieto.
En política, dijera el ideólogo veracruzano Jesús Reyes
Heroles, la forma es fondo. Y en la cultura priista, este tipo de señales tienen
una amplia significación para quien las debe entender.
Coincidentemente, durante dos días seguidos, en los
noticieros estelares de Televisa se difundieron dos notas sobre los ataques a
los periodistas en Veracruz durante el sexenio de Javier Duarte de Ochoa,
haciendo hincapié en los once reporteros asesinados y los tres desaparecidos de
los últimos cinco años, mismos que a esa emisora jamás le habían importado a
pesar de que otros medios y periodistas hemos denunciado esa situación desde
hace mucho tiempo. Pero “de repente”, se dieron cuenta de que Veracruz es el
estado más peligroso del país para ejercer el periodismo.
A su vez, los medios y columnistas afines al duartismo
arreciaron en los últimos días sus críticas a los yerros y escándalos de Peña
Nieto y su familia, algo inusual en
otros tiempos, en que la figura presidencial era intocable y más si se
trataba de un mandatario priista en un estado gobernado por otro priista.
¿Qué habrá sucedido entre Duarte y Peña para que ni
siquiera se preocupen por cuidar ya no digamos las apariencias y cortesías
políticas, sino las formalidades protocolarias en actos públicos?
Quizás lo sepamos después de los comicios del 7 de junio,
cuando una orden de aprehensión ya no tenga efectos electorales.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario