DESFALCO EN SEGURIDAD
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Fotografía: Archivo |
Vaya que el flamante secretario ejecutivo del Consejo
Estatal de Seguridad Pública, Luis Felipe Castillo López, tendrá mucho trabajo
en los días por venir, apenas integrado a su nueva encomienda.
La primera chamba del neofuncionario de la administración
duartista será explicar el destino de 41 millones 195 mil 11 pesos que la
Auditoría Superior de la Federación (ASF) reclama al Gobierno de Veracruz por
presunto daño patrimonial a la Hacienda Pública Federal en el rubro de
“Subsidios a Entidades Federativas para el Fortalecimiento de las Instituciones
de Seguridad Pública en Materia de Mando Policial”, incluido en el Informe del
Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2013.
Según el informe de la ASF, en 2013 el estado de Veracruz
recibió ministraciones del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública del orden de 114 millones 625 mil 700 pesos para el
fortalecimiento de sus instituciones de seguridad pública en materia de mando
policial, de los cuales 38 millones 629 mil 91 pesos no cuentan con
documentación comprobatoria; dos millones 547 mil 967 pesos no fueron
devengados, y 17 mil 951 pesos son rendimientos financieros pendientes de
reintegrar a la Tesorería de la Federación.
Por ese motivo, la ASF abrió el procedimiento de
responsabilidad administrativa sancionadora 13-B-30000-02-0136-08-001 ante el
Órgano Interno de Control del Gobierno del Estado de Veracruz para que “realice
las investigaciones pertinentes y, en su caso, inicie el procedimiento
administrativo correspondiente, por los actos u omisiones de los servidores
públicos que, en su gestión, transfirieron los recursos por 114 millones 625
mil pesos otorgados para el fortalecimiento de sus instituciones de seguridad
pública en materia de mando policial en 2013, a otras cuentas bancarias, por lo
que no fue posible acreditar su aplicación y destino, ni los rendimientos
financieros generados”.
El gobierno estatal ha pretendido justificarse aduciendo
que se trata de un fallo atribuible a las instituciones bancarias en las que se
depositaron los recursos, mismo pretexto que utiliza cuando retrasa el pago de
honorarios a maestros, burócratas y pensionados.
Pero lo cierto es que ésta es una práctica recurrente del
gobierno duartista para “jinetear” los recursos, poniéndolos a “sudar” en una
sola cuenta concentradora en la que también deposita dinero de otra
procedencia, y disponer de éste una vez que hubo borrado la “etiqueta” que indicaba
el destino que legalmente debieron tener dichos fondos.
Aunque el monto reclamado en este apartado puede sonar
irrisorio frente a los desfalcos detectados por la ASF en otros programas, como
los de las áreas de Educación y Salud, sí retrata bien las marometas legales
realizadas por el gobierno veracruzano para desviar el dinero federal. Y si nos
atenemos al año fiscal que fue revisado por el ente fiscalizador, 2013, en el
cual hubo elecciones intermedias de alcaldes y diputados locales en Veracruz,
no es muy difícil imaginar a dónde fue a parar parte de ese dinero.
Si en una de las áreas más delicadas de la administración
pública estatal, como es la de seguridad pública, en donde se han invertido
millonadas para capacitación y equipamiento y que el gobernador Javier Duarte
de Ochoa presume será su principal legado al estado, se cometen estas felonías
en perjuicio directo de los habitantes de la entidad, ¿qué esperar de otros
rubros?
Y mientras más se le rasca al informe de la ASF, más
irregularidades se encuentran. Por lo que es pertinente preguntar si a los
diputados locales que aprobaron la Cuenta Pública de 2013 no se les puede
fincar alguna responsabilidad legal.
A fin de cuentas, actuaron como cómplices.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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