NI CÓMO AYUDARLOS

Por si no nos hubiera quedado claro que las campañas electorales en las que estamos inmersos son un absoluto cochinero, dos nuevos escándalos que involucran a los actores políticos de siempre movieron el avispero en Veracruz en estos días.

Primero fue la denuncia presentada por el PRI por el “descubrimiento” de una bodega en Boca del Río con despensas y cemento supuestamente destinados a apoyar la campaña del candidato del PAN a la alcaldía de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, presuntamente dotados por su hermano el senador Fernando Yunes Márquez.

La dirigencia priista se apresuró a “condenar” los hechos, a jurar que en su partido no necesitan de tales artilugios para ganar el voto de los ciudadanos, y hasta a amenazar con solicitar juicio político para Fernando Yunes, quien “a cielo abierto estaba entregando despensas con el fin de condicionar el voto a favor de su hermano”, según el dirigente del PRI en Boca del Río, Jorge Reyes Leo.

La respuesta no se hizo esperar. Sólo que fue más estruendosa. El dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, presentó una serie de quejas contra el PRI por supuestas irregularidades en los procesos electorales que se desarrollan en las entidades. Y por supuesto, una le tocó a Veracruz.

Madero acusó al Gobierno del Estado de triangular recursos a través de la fundación Fidelidad Down, que, según esto, apoya a niños que padecen este síndrome, pero que habría expedido cheques por cantidades millonarias en los últimos meses a nombre del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y de uno de sus principales operadores, Jorge Carvallo Delfín.

El Gobierno del Estado se deslindó de inmediato, argumentando que este año no han tenido tratos con la referida fundación, ni le han otorgado apoyo o subsidio alguno. Y los priistas salieron a defender a su jefe político señalando que se trataba de una “cortina de humo” de los Yunes para zafarse de los otros señalamientos.

El propio Herrera Beltrán contestó en su cuenta de Twitter: “inmoralidad de madero (sic) y su abyecto protegido el 8 yunes (sic); por ética y solidaridad con niños down y sus padres exijo se investigue la calumnia”.

Las escaramuzas entre Fidel Herrera y Miguel Ángel Yunes están comenzando a volverse predecibles. Pero lo cierto es que ensucian aún más el ambiente político en el estado. Si algún candidato tuviera de verdad alguna buena propuesta, ésta es opacada por el bullicio de la metralla que se tiran esos “enemigos íntimos”. Todo se reduce al lanzamiento indiscriminado de suciedad, mientras los ciudadanos clamamos que, por piedad, ya se acaben las campañas.

Y luego se preguntan por qué la gente prefiere votar por un gato.

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