LA SEMANA NEGRA DE UNA CANDIDATA AL GARETE
La metralla que ha recibido la candidata de
Morena, PT y PVEM a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle García, pegó en
donde más le duele al obradorismo: en el discurso.
La exhibición de la vida ostentosa y de lujos
de quien abandera la austeridad y la “pobreza franciscana” –para la población,
no para ella ni su familia, por supuesto- fue un golpe que dio exactamente en
lo que se llama la “línea de flotación” de un proyecto político que no tiene
pies, cabeza ni capacidad de respuesta ante una contingencia que, además, era
totalmente previsible.
¿O acaso la ex secretaria de Energía pensaba
que nadie se iba a enterar de la mansión en la que habita en Boca del Río, zona
controlada políticamente por uno de los grupos que participan activamente en la
elección, la familia Yunes Márquez, que además se especializa en este tipo de
manejo de la información?
Más allá de la evidente autoría de las
filtraciones de los diferentes documentos que ha exhibido Arturo Castagné -un
empresario que adquirió notoriedad pública hace unos años por el asesinato de
su hijo a manos de un asaltante y que decidió tomar un enorme riesgo al ser el
conducto para difundir esta información-, lo cierto es que Rocío Nahle no pudo
desmentir absolutamente nada.
Los datos difundidos sobre la mansión que
habita son reales y la aspirante zacatecana a gobernar Veracruz se da una vida
que ni en sus más calenturientos sueños podrían aspirar a tener ninguno de
quienes llenan sus mítines y reparten su propaganda en las calles de la
entidad.
El verdadero problema no es que Rocío Nahle
sea millonaria y pueda sostener ese alto nivel de vida en un fraccionamiento
que representa la cúspide del exceso que se supone repudia la “4t”, pues es más
fácil acceder en yate que por tierra. El tema es que antes de ser funcionaria
federal, sí vivía bajo el juarista principio de la “justa medianía” en
Coatzacoalcos.
Desde que llegó a la Secretaría de Energía en
2018, fueron denunciadas varias irregularidades relacionadas con negocios que
beneficiaron con varios miles de millones de pesos en contratos a su círculo cercano,
tanto empresarial como familiar.
Corrupción
en la asignación de contratos, sobreprecios y procesos simulados de licitación
son lo menos que se le señaló a Nahle García en relación con la construcción de
la refinería Olmeca-Dos Bocas, ésa que fue inaugurada varias veces y a la que
de plano el presidente López Obrador ya no se atrevió a ocupar este año como
escenario de la conmemoración de la expropiación petrolera, para no evidenciar
aún más el tamaño del fracaso: su construcción costó ya casi tres veces su
presupuesto original, pero no produce nada, más que vergüenza. Porque de
gasolina, ni una gota.
Dos
Bocas no refina nada, pero Rocío Nahle salió “re fina” en su estilo de vida.
Solo que con su salario como servidora pública –menor al del presidente, si les
queremos creer eso- no dan las cuentas para poseer mansiones de 50 millones de
pesos en tan solo cinco años de trabajo.
Ante
la falta de argumentos y de explicaciones convincentes sobre lo que más parece
el fruto de la corrupción –de ésa que el presidente jura que ya se terminó
dentro del gobierno-, la salida fácil que han querido tomar es la banalización
de la violencia contra las mujeres.
“Me
atacan por misoginia”, claman ella y sus textoservidores para intentar evadir
algo que es obligatorio tanto para los hombres como para las mujeres que se
dedican al servicio público, pero que no forma parte del vocabulario de los obradoristas
empoderados: la rendición de cuentas.
A
una semana de que comiencen formalmente las campañas por la gubernatura de
Veracruz, Rocío Nahle ha sufrido un brutal desgaste que es producto, además de por
sus muy posibles actos de corrupción, de la soberbia con que actúan ella y su
círculo, que ya se creen en el poder y se han dedicado a maltratar hasta a los
operadores de su propio partido, muchos de los cuales la han dejado sola
durante su semana negra.
Como
uno que ya se había visto como coordinador de campaña y secretario de Gobierno,
y que mejor anda cantando “chunchaca” con un popular artista del género
tropical. U otro que debió legalmente ser el candidato de Morena a la
gubernatura, pero que fue degradado y ahora se aparece lo menos posible en los
actos de “su” abanderada.
Y
ante eso, el recurso que les queda es la elección de Estado.
Asalto a la UV
Este
viernes se consuma el asalto del rectorado “cuatroté” a la Universidad
Veracruzana, incluida legislación a modo y al gusto del régimen.
Qué
días aquellos en los que los universitarios defendían a la UV y no se ponían de
rodillas ante el poder.
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aureliocontreras@gmail.com
X:
@yeyocontreras
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