CUITLÁHUAC Y SU PANDILLA
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Fotografía: archivo |
El brete en el que se metió el régimen
gobernante en Veracruz con la detención de Jorge Fabián Cárdenas Sosa por
presunto secuestro es apenas la punta de la madeja de corrupción alrededor del
gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, del que empieza a brotar cada vez más
podredumbre.
Los “enjuagues” y manejos turbios en el
actual gobierno de Veracruz comenzaron prácticamente desde que tomaron el
poder. En diciembre de 2018, prácticamente lo primero que hizo la
administración estatal fue firmar un contrato por 36 millones de pesos con Abastecedora
de Insumos para la Salud (Abisalud), empresa propiedad de Carlos Lomelí, ex
candidato perdedor de Morena a la gubernatura de Jalisco y que en ese momento
también se desempeñaba como “superdelegado” del Bienestar en esa misma entidad
y como “supercontratista” de insumos médicos para la “4t”. Por supuesto, el
método para asignar el contrato fue el favorito de la mal llamada “cuarta
transformación”: la adjudicación directa, sin licitación de por medio.
A partir de ahí, difícilmente existe un área
en la que no se registren malos manejos del presupuesto, asignaciones dudosas
de contratos millonarios, obras de la Secretaría de Comunicaciones a empresas
que ofrecían costos más elevados, como cinco que fueron ejecutadas durante el
ejercicio presupuestal de 2019 –documentadas en la Rúbrica del 11 de junio de
2020- en las que se detectó un sobrecosto por 29 millones 569 mil 370 pesos.
En
el mismo tercer informe de gobierno de Cuitláhuac García están las pruebas de
sus prácticas corruptas. En el tomo 4, correspondiente a la inversión pública, las
cifras sobre Contrataciones gubernamentales y Operaciones por adquisiciones de
bienes y servicios son de escándalo. Prácticamente todo lo han asignado de
manera directa.
De
acuerdo con estos números, entre enero y octubre de 2021 el gobierno estatal
llevó a cabo 19 mil 470 operaciones de adquisición de bienes y servicios, de
las cuales 19 mil 214 correspondieron a la modalidad de adjudicación directa,
sin licitación de por medio; 227 fueron licitaciones simplificadas –generalmente
por invitación a tres participantes- y apenas 29 correspondieron a licitaciones
públicas.
Esto
comprueba un patrón, pues entre enero y diciembre de 2020 llevaron a cabo 26
mil 303 operaciones de adquisición de bienes y servicios: 25 mil 939 fueron por
adjudicación directa, 306 fueron licitaciones simplificadas y 58 licitaciones
públicas.
El
escándalo del presidente municipal electo de Lerdo de Tejada y presunto
secuestrador es solo la puntilla que exhibe para qué usan el poder en Morena:
un ingenio abandonado en un municipio rural es comprado por mil
600 millones de pesos
por un oscuro empresario tabasqueño a instancias del “operador” favorito de
Cuitláhuac García, el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, quien además se
presume sería socio del comprador y que al momento de la transacción se
promovió casi como un “héroe” a través de la propaganda colocada en medios
afines, pagada con los recursos del Congreso del Estado de los que dispone a
placer con la complicidad del secretario general, el ex panista Domingo Bahena.
Como “gratificación” por su “contribución a
la causa”, el empresario tabasqueño Jorge Fabián Cárdenas obtuvo la candidatura
de Morena a la presidencia municipal de Lerdo de Tejada, cuya elección ganó el
pasado 6 de junio. La semana pasada fue detenido, acusado de secuestro por la
propia Fiscalía General del Estado.
Cuitláhuac y su pandilla llegaron para hacer
lo mismo que hacían en los anteriores gobiernos, aunque más burdos y cínicos. Y
de la misma manera terminarán.
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Gráfica: tercer informe de gobierno |
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