ALGO ESTÁ PODRIDO EN VERACRUZ

El cateo realizado la semana pasada por fuerzas federales en el rancho “Los Quintero”, presuntamente propiedad de José Gil Quintero -sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero-, ha expuesto una vez más la realidad que se vive en los márgenes del poder en Veracruz. El operativo, vinculado con la desaparición del empresario Neftalí González López, no solo evidenció la presencia y acción de estructuras criminales en esa zona del estado de Veracruz en tiempo real, hoy en día y con absoluta impunidad, sino que al colocar en el centro del escándalo a una alcaldesa morenista, la munícipe de Colipa Gabriela Alejandra Ortega Molina, el gobierno de Rocío Nahle terminó exhibiéndose. La narrativa gubernamental fue inmediata y predecible: negación, deslinde y una defensa institucional que raya en el encubrimiento. La alcaldesa, señalada por medios locales de haber sido encontrada en el rancho durante el cateo, fue convocada el lunes pasado por el gobierno estatal para “aclarar”...