RECTOR ESPURIO
No fue inesperado que la Junta de Gobierno
terminara aprobando la ilegal “prórroga” automática que, sin estar contemplada
como una opción específica en ninguna norma interna de la Universidad Veracruzana,
solicitó Martín Aguilar Sánchez para enquistarse en la rectoría otros cuatro
años, a pesar de que ya no cumple con el requisito de la edad ni tiene mérito
alguno para seguir ahí.
Desde que se supo de la intención de torcer
la ley para que el peor rector de la historia de la Universidad Veracruzana se
quedara otros cuatro años sin someterse al escrutinio de la comunidad
universitaria, impidiendo que otros aspirantes pudiesen postularse en su
legítimo derecho, era previsible que los perpetradores tenían la decisión
tomada y que todo lo demás sería una simulación, muy al estilo de la “4t”, para
darle algún aire de legitimidad a lo que, en los hechos, es una burda
imposición.
Así fue. Martín Aguilar y sus “cilindreros”
se “interpretaron” un supuesto “derecho” a prorrogar de manera directa un
periodo rectoral, lo cual no existe en ninguna de las leyes internas invocadas
para “sustentar”, falazmente, este gigantesco fraude a la legalidad.
Si bien se incluye en las leyes orgánica y de
autonomía que el periodo de un rector puede prorrogarse una sola vez, en ningún
lado se establece que pueda hacerse a petición del interesado y de manera
directa. En cambio, las normas de la UV marcan cuál es el procedimiento para el
cambio de periodo en la rectoría, que comienza con la emisión de una
convocatoria y la inscripción de todos los interesados en participar.
Precisamente, lo que Aguilar y su hoy fraudulenta Junta de Gobierno evitaron a
toda costa.
Pero no obstante lo anterior, lo hicieron de
la manera más desaseada posible. Por principio de cuentas, desoyeron las voces
de la comunidad universitaria que exigían apegarse a la legalidad, en especial,
a las que se expresaron claramente y de frente durante la sesión del Consejo
Universitario General y que en su cara le dijeron a Martín Aguilar “¡Prórroga
No!”.
Además, se inventaron un procedimiento de
supuesta “consulta” a la comunidad UV que tampoco cuenta con sustento legal
alguno. En ninguna normatividad se contempla la opción con la que la Junta de
Gobierno pretendió legitimar la decisión que ya tenía tomada.
Y ni así lograron darle ni un gramo de
autenticidad a ese montaje. De acuerdo con los datos dados a conocer por la
propia Junta de Gobierno, en la “consulta” hechiza participaron en total dos
mil 839 personas, de la cuales, las que “aprobaron” la continuidad de Martín
Aguilar fueron mil 676, lo que representa el 1.65 por ciento del total de la
comunidad universitaria en las cinco regiones del estado de Veracruz. Un
completo fiasco. Estilo elección judicial.
No es todo. De esas personas que participaron
en la simulación de consulta y avalaron la prórroga, la mayoría lo hicieron
bajo coacción, con la amenaza de la pérdida de prestaciones y del empleo mismo,
para lo cual la rectoría contó con la complicidad de los sindicatos,
principalmente el de los académicos, el Fesapauv, cuyo sempiterno líder Enrique
Levet Gorozpe, transó con Aguilar. Finalmente, fue una muestra cruda y en
tiempo real de cómo se ha sostenido al frente del organismo gremial durante más
de tres décadas.
El culmen del descrédito y el desprestigio lo
aportó directamente la Junta de Gobierno. Dos de sus integrantes, las
académicas María Angélica Buendía y Haydeé Zizumbo Ramírez, se negaron a avalar
la imposición de Martín Aguilar y en los días previos renunciaron a ese cuerpo
colegiado, que operó más bien como una pandilla mafiosa para consumar el golpe
a la Universidad Veracruzana.
Los aspirantes a la rectoría desplazados llamaron
a una protesta para este miércoles por la mañana afuera de la rectoría. De su poder
de convocatoria, las acciones que decidan tomar y el apoyo que reciban
dependerá el futuro mismo de una institución que hoy es rehén de un grupo
político abiertamente afín al régimen, con todo lo que eso implica.
Si la comunidad no responde con la
contundencia que amerita el caso, la Universidad estará perdida y se merecerán
tener otros cuatro años no solo a un rector pusilánime, sin talento ni
capacidad, sino a uno que es capaz de poner en riesgo a estudiantes, académicos
y personal administrativo solo por hacerse el “macho”, como sucedió este fin de
semana cuando se pasó por el “arco del triunfo” la suspensión de clases
decretada por el gobierno estatal, y las instalaciones de la Facultad de Ciencias
Administrativas y Sociales se inundaron por las fuertes lluvias que azotaron
Xalapa y que estaban pronosticadas.
Pero por encima de todo, tendrán un rector
espurio, cobarde y violador de la ley.
Nahle,
damnificada del affaire UV
Si la gobernadora Rocío Nahle no se hubiese
pronunciado en ningún sentido sobre la sucesión rectoral –como le correspondía
haber hecho-, nadie tendría algo que reclamarle, pues habría respetado la
autonomía de la Universidad.
Pero sí lo hizo y se manifestó a favor de que
se respetara la legalidad y se cumpliera con el requisito de la edad para el
rector que entra en funciones, claramente en contra de la permanencia de Martín
Aguilar.
La decisión de sostenerlo –ilegalmente-,
representa un golpe político durísimo para la gobernadora. No solo porque no la
pelaron, sino porque el “cilindrero” detrás de Martín Aguilar es el senador
Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien le disputó a Nahle la candidatura de
Morena a la gubernatura y, en términos estrictos, se la ganó. Solo que hubo un
“dedito” que la señaló a ella.
Nahle quedó evidenciada en su debilidad
política ante su principal adversario que, contra lo que muchos piensan, no se
apellida Yunes.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras
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