LA CIENCIA DEL DESDÉN

A Claudia Sheinbaum le tomó tres días asomarse al desastre. Tres días para que la presidenta de la República pusiera un pie en el norte de Veracruz y en los otros estados donde miles de familias perdieron todo bajo el agua y la gente sobrevivió como pudo, mientras desde el poder se intentaba imponer una narrativa de “coordinación, atención y trabajo conjunto” que no resiste el menor contraste con la realidad. Aun cuando tuvo más valor y responsabilidad que Andrés Manuel López Obrador, que jamás se dignó a exponerse a los reclamos del “pueblo bueno” cuando sucedía un desastre natural como aquel que devastó Acapulco, Claudia Sheinbaum no salió ilesa y mostró su lado más intolerante cuando, agobiada por los reclamos de la población en Poza Rica a la que visitó este domingo, amenazó con irse si no se callaban y a gritos pretendía imponerse a la desesperación de quienes perdieron patrimonio y seres queridos. Este lunes, comenzó el intento de control de daños políticos, porque el de los ...