JAVIER NO ENTIENDE

Fotografía: El Universal Uno de los rasgos más característicos de la personalidad de Javier Duarte de Ochoa es, además de la ira descontrolada a la menor provocación, su infinita soberbia. Ello ha sido evidente durante todo su mandato. Completamente alejado de la población, Duarte de Ochoa ha sido un gobernador aislado, que rara vez salió de la comodidad del aire acondicionado de sus oficinas en las principales ciudades del estado y que actuó siempre con displicencia ante cualquier reclamo ciudadano. Sintiéndose parte de una élite privilegiada, a pesar de su juventud más bien modesta, Javier Duarte despreció a los veracruzanos, envuelto en una burbuja desde la cual se aisló aún más de la realidad. Como su antecesor, pensó que la “plenitud del pinche poder” y la impunidad serían para siempre. Y con todo y que vive horas aciagas, desprestigiado y repudiado dentro y fuera de Veracruz, no quiere darse cuenta de que su tiempo se acabó. A pesar de tener encima de su cabeza una g...