LA CULTURA DE LA MUERTE BUSCA SER LEY

Una nueva controversia generó en Veracruz la presentación de una iniciativa de ley para la “protección de la cultura taurina” en la entidad, que pretende además la declaración como patrimonio cultural inmaterial del estado “los eventos taurinos que se efectúen en Xico, con motivo de la celebración de las fiestas patronales de La Magdalena, conocidos como Xiqueñada”, así como “los eventos taurinos que se efectúan en Tlacotalpan con motivo de la celebración de las fiestas de La Candelaria”.
Como era de esperarse, de inmediato hubo protestas por parte de activistas y defensores de los derechos de los animales. Y por supuesto, suspicacias acerca de la intencionalidad real de presentar esta iniciativa en este momento. (Ya sabe usted, estimado lector. Los “malpensados de siempre” lo interpretaron como una cortina de humo para bajar de la agenda mediática el cochinero electoral. Como si eso pasara, ¿verdad?).
La autora de esta iniciativa es la diputada local por el distrito de Coatepec, Carolina Galván Galván, de quien lo único que se sabía antes de que se lanzara al “estrellato” con su iniciativa taurófila, es que es la suplente del hoy alcalde electo de la ciudad del café, Roberto Pérez Moreno. Sí, el mismo que acostumbra tener leones como mascotas en el jardín de su residencia.
En el jocoso texto que presentó la joven diputada Galván Galván ante la LXII del Estado, defiende el “derecho” de los aficionados a la tauromaquia a no ser “discriminados” por sus preferencias de divertimento y alega que las corridas de toros, así como actividades como su embalse en el río Papaloapan durante las fiestas de la virgen de la Candelaria, y su persecución por las calles de Xico durante las festividades en honor a santa María Magdalena, deben ser defendidas de quienes las consideran actos de barbarie y pugnan por su prohibición por el sufrimiento al que son sometidas las bestias, posturas que la intrépida legisladora considera, textualmente, “fascistas”.
Galván Galván fue más allá, al incluir en su iniciativa que “el Instituto Veracruzano de Cultura tendrá a su cargo la protección y fomento de las manifestaciones culturales materia de esta ley y garantizará el ejercicio de los derechos culturales de las personas que comparten la identidad cultural taurina” (sic).
Asimismo, pide que se reconozca y proteja “la condición de Artista, para los toreros, banderilleros, picadores, subalternos y en general para quienes intervienen en la lidia de reses bravas al interior de las plazas de toros”.
Atendiendo los argumentos sobre los que la diputada Galván (quien cree que el distrito de Coatepec sólo llega hasta Xico y no tiene otro tipo de necesidades) basa su teoría de la protección de las manifestaciones culturales, este reportero propone que de una vez se reviva y se proteja en la Constitución la milenaria, mística y ésta sí muy mexicana tradición de hacer sacrificios humanos al pie de las pirámides y ofrendar a Huitzilopochtli el corazón de los adversarios vencidos.
O también, y ya que hablamos de costumbres venidas de Europa como la tauromaquia, los estadios de fútbol podrían ser habilitados al estilo del Coliseo Romano y soltar en ellos leones hambrientos (en Chapultepec hay bastantes), ante los cuales habrían de medirse, sin más armas que su “superioridad moral”, ¡los amantes de la fiesta brava! Seguro que sería un exitazo, se crearían miles de empleos y se atraería al turismo de todo el mundo, como se alega que sucede en Xico y Tlacotalpan.
Suena absurdo, ¿verdad? Tan absurdo como considerar un arte la cultura de la tortura y la muerte. Y peor aún, hacerla ley.

Twitter: @yeyocontreras


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