DESINFORMACIÓN Y MISOGINIA

Para los niños de mi generación y de una o dos más atrás, ser astronauta o científico asociado a la carrera espacial era una especie de aspiración, inducida principalmente por la penetración de la cultura estadounidense en nuestra sociedad a través de series de televisión y dibujos animados que hacían ver como héroes a los viajeros siderales.
¡Quién no hubiera querido trabajar en la NASA! ¿Verdad? Suena al máximo logro que alguien pudiera alcanzar en su vida, de acuerdo a esos mismos estereotipos que los medios difundieron particularmente en los años de la Guerra Fría.
Esto viene a colación porque durante este fin de semana la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (eso significan en castellano las siglas NASA) fue noticia en Veracruz, con repercusión nacional. Sólo que para mal. Fue un ejemplo de desinformación, ausencia de rigor periodístico y misoginia galopante.
En su columna del jueves 27 de junio, la presidenta del Sistema DIF estatal de Veracruz, Karime Macías de Duarte, lamentó que Esmeralda Rodríguez González, una joven estudiante del Tecnológico de Gutiérrez Zamora que ganó una competencia mundial de robótica, hubiera rechazado una invitación para integrarse a la agencia espacial del gobierno norteamericano porque prefería casarse en su natal Misantla.
“Pero además de Barry hay otro tipo de desastre natural que me ha robado la atención esta semana: me he enterado que una de nuestras chicas ganadoras del Mundial de Robótica del Instituto Tecnológico de Gutiérrez Zamora ha declinado la invitación laboral que le ha hecho la NASA por casarse en su natal Misantla. Muchas veces los sentimientos nublan más la mente que las nubes o el cielo en una tormenta como Barry”, escribió la primera dama de Veracruz.
La columna fue retomada sin más por las agencias de El Universal y Proceso, dando por hecho lo escrito por Karime Macías sin consultar a otra fuente, menos a la involucrada directamente. Y eso bastó para desatar una oleada de críticas contra la joven misanteca por el “crimen” de preferir formar una familia  a trabajar en la NASA. Las redes sociales y los foros virtuales de los medios se llenaron de comentarios sarcásticos, insultos y burlas contra Esmeralda, a quien en el mejor de los casos le otorgaban una lastimera condescendencia por su decisión, seguramente encuadrada dentro de los moldes del tradicionalismo machista con el que seguramente la habrían educado. Pobrecita, no era su culpa preferir ser ama de casa que una “superstar” de la ciencia espacial.
Pero resulta que nada era así. Un medio local decidió hacer un poco de periodismo elemental y buscó a Esmeralda, quien negó que hubiera rechazado la oferta de la NASA, aclaró que ya está casada, y que si no se ha ido, es porque debe financiar la mitad de los gastos de su estancia, y no tiene dinero para hacerlo. Además, se dijo sorprendida y lastimada por la reacción de quienes con total ligereza la injuriaron.
Este caso tiene varias aristas. En primer lugar, alguien malinformó a la esposa del Gobernador de Veracruz y la expuso al escarnio a ella y a Esmeralda. En segundo lugar, medios como Proceso y El Universal (el mismo que en sus recientes encuestas dice que el PRI va a arrasar en las elecciones en el estado), dieron muestra de una monumental ausencia de rigor y ética periodística, faltando al compromiso de informar con veracidad a sus lectores. Y en tercer lugar, como sociedad demostramos una enorme misoginia que nos impide respetar las decisiones que libremente tome cualquier mujer sobre su modo de vida, nos gusten o no.
Algo bueno puede salir de esto. Si como dijo la señora Karime Macías en su columna, Esmeralda contará “con nuestro apoyo en cualquier escenario”, el Gobierno de Veracruz tiene una magnífica oportunidad de demostrarlo: que le pague lo que le falta para irse a la NASA. Mejor que gaste en eso que en operación electoral.


Twitter: @yeyocontreras

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