POBRE XALAPA

La capital del Estado vive una etapa oscura de su historia. Abandonada por las autoridades, que están más preocupadas por sus ambiciones y sus frivolidades, Xalapa se ahoga en sus múltiples problemas, agravados por decisiones mezquinas.
Hasta hace no mucho tiempo, si de algo presumíamos quienes aquí vivimos es de la buena calidad de vida con la que Xalapa cobijaba a sus habitantes. A la actividad cultural que la distinguía (y aún la distingue) en el país, se sumaba la seguridad, su clima generoso y la frescura de su aire, provisto por sus hermosas áreas verdes que le valieron alguna vez el epíteto de la ciudad de las flores. Quienes aquí nacieron y los que llegamos después nos sentíamos orgullosos y felices de vivir en esta ciudad.
Pero algo pasó en los últimos años. Quizás creció de tal manera que rebasó su capacidad para albergar a tantas personas. Quizás también llegó gente sin escrúpulos que se dedicó a envenenar a sus habitantes. Y quizás los xalapeños, los nacidos y los adoptados, dejamos que nos arrebataran la ciudad que amábamos.
Actualmente, los problemas de Xalapa parecieran no tener solución. Transitarla de día es una faena insoportable. La seguridad de que gozaba se ha perdido. Sus calles y avenidas están hechas un desastre. Los servicios se prestan mal y tarde. Se le deja a su suerte cuando a cualquier  grupo dizque social se le ocurre cerrar sus calles para protestar porque tiene angustia en las uñas. Se destruye su patrimonio arquitectónico e histórico en aras de “remodelaciones” populistas e inútiles. Por todo ello, hay desazón y frustración entre los xalapeños.
Quien quiera que sea el próximo Presidente Municipal de Xalapa tendrá que enfrentar todos estos problemas, que si bien muchos no son nuevos, requieren soluciones reales, efectivas y prontas.
Las actuales autoridades fueron rebasadas por las circunstancias. Pero siguen creyendo que el problema es de comunicación. No. El problema es de capacidad para gobernar. Ojalá que quienes vengan, quienes sean, sí lo entiendan.

Repudio a las agresiones

Le expreso mi solidaridad a mi amiga y compañera periodista Claudia Constantino ante las agresiones de que fue objeto por parte de un mercenario disfrazado de reportero, cuyas taras y corruptelas son conocidas por todos en el medio periodístico del puerto jarocho.
Repudiamos las provocaciones y ataques que por consigna de mentes dañadas se hacen contra los periodistas que, desde los medios o en tareas de comunicación social, cumplen con su trabajo de manera honesta y cabal. Que los políticos amarren a sus perros.


Twitter: @yeyocontreras

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Y SI PERDIÓ ROCÍO?

LA UV Y EL “PATIÑO” TEMBLOROSO

DESCOMPOSICIÓN TOTAL