DEUDA DE VERACRUZ: UNA BOMBA DE TIEMPO
Opacado
por el tema electoral, un grave asunto comienza a asomarse en la agenda
mediática estatal. Se trata de la enorme deuda del estado de Veracruz, que de
tan grande, amenaza con volverse inmanejable.
Quien
primero llamó la atención sobre la gravedad del tema fue (aunque usted no lo
crea) el ex alcalde de Xalapa y actual candidato del PRI a la diputación local
por el distrito urbano de la capital veracruzana, Ricardo Ahued Bardahuil.
En
una de sus reuniones proselitistas, el también empresario (quien se caracteriza
por decir las cosas tal como las piensa, sin pelos en la lengua), afirmó que la
deuda total del estado de Veracruz asciende a ¡87 mil millones de pesos! Una cantidad
estratosférica, que como bien señala el analista y economista tuxpeño Francisco
Licona, “cancela las aspiraciones de desarrollo de Veracruz para las próximas
dos o tres generaciones”. Este presunto monto de la deuda, es pertinente
decirlo, no ha sido desmentido por la administración del gobernador Javier
Duarte de Ochoa.
Las
consecuencias de esta situación cada vez son más difíciles de ocultar. En
Veracruz no hay liquidez, no hay dinero circulando, salvo el que se dilapida a
manos llenas en las campañas políticas, cuya procedencia habría de verificarse
en más de un caso.
Si
el amable lector no lo cree, dese una vuelta por el Instituto de Pensiones del
Estado, donde desde hace días hay manifestaciones de jubilados a quienes se les
retrasa el pago de su retiro. Y ni pensar en un préstamo para los trabajadores
afiliados, a quienes, eso sí, religiosamente se les descuentan quincena a
quincena sus aportaciones a esta institución.
Pero
si esto no bastase para ilustrar la realidad de las finanzas públicas
estatales, va otro botón de muestra. Diez organismos empresariales de la
capital de Veracruz, encabezados por Canacintra y Coparmex, denunciaron que el
gobierno estatal les adeuda aproximadamente unos 180 millones de pesos por
concepto de obras, servicios e insumos, lo que tendría a unas 50 empresas al
borde de la quiebra y más de dos mil empleos en riesgo de perderse.
Veracruz
arrastra el problema de la deuda desde el sexenio anterior. El uso de los
recursos contratados ante instituciones de crédito y cotizados ante la Bolsa
Mexicana de Valores nunca ha sido claro. Las sucesivas “reingenierías”
financieras que se han aplicado en los últimos años sólo han servido para
renegociar y refinanciar el pago de los empréstitos a los acreedores. Suficiente
para estancar la economía y el crecimiento de la entidad.
Es
urgente que se aclare cuál es el monto real de la deuda de Veracruz y que se
explique el por qué llegó a tan altos niveles. Y sobre todo, que se diga qué se
va a hacer para pagar y si “alguien” hipotecó irresponsablemente el futuro de
todos los veracruzanos.
Es
una bomba de tiempo que en cualquier momento va a estallar.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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