LOS DUEÑOS DEL CONGRESO
La
figura de los diputados de representación proporcional o plurinominales fue
creada luego de la elección presidencial de 1976, en la que el candidato del
PRI, José López Portillo, no tuvo oponente, lo que llevó a la necesidad de una
reforma que abriera el espectro político en México, hasta entonces dominado de
forma absoluta por el Revolucionario Institucional.
Dicha
reforma, ideada por el político tuxpeño Jesús Reyes Heroles, incluyó la figura
de los diputados de partido, que entran de manera automática a las cámaras para
dar espacios de participación en el Congreso de la Unión a los representantes
de las minorías políticas del país.
El
objetivo era que hubiese cierta pluralidad que, tras la matanza de Tlatelolco
en 1968 y el “halconazo” en 1971, había sido borrada, y que había encontrado
como única vía de expresión la de las armas, a través de las guerrillas urbanas
y rurales, mismas que fueron brutalmente reprimidas por el Estado en aquellos
años.
Los
“pluris” justificaron su existencia hasta 1997, año en que por primera vez el
PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados tras la elección intermedia del
sexenio de Ernesto Zedillo. La pluralidad política se había establecido por fin
en el Congreso, y tres años después se instauró la alternancia en la
Presidencia de la República con la victoria del PAN, lo que dio fin a 70 años
de gobiernos “revolucionarios” ininterrumpidos.
Pero
para entonces, los mañosos políticos mexicanos ya le habían encontrado otra
utilidad a los plurinominales: colocar de manera directa en el Congreso a sus
cuadros “distinguidos” o pagar cuotas a sus sectores, grupos, tribus y
cómplices, sin necesidad de ganar la curul en las urnas.
La
idea original se pervirtió y los plurinominales se convirtieron en un grupo de
notables que no le deben su curul (ni su jugosa dieta) a los votos de los
electores, y por tanto, no le rinden cuentas más que a los grupos de interés
que los colocaron ahí. Y no sólo eso. Se reservaron para sí los cargos de
dirección en las cámaras de Diputados y Senadores, por lo que son,
auténticamente, los dueños del Congreso.
Este
esquema se replicó en los estados de la misma manera. Los grupos políticos y
económicos más fuertes de los diferentes partidos se apropiaron de las
plurinominales, y dejaron de representar los intereses de los ciudadanos.
Eso
es muy claro, por ejemplo, en la reciente integración de esas listas en
Veracruz. Hay líderes magisteriales como Juan Nicolás Callejas, traidores como
José Ramón Gutiérrez de Velasco, esquiroles como Daniel Nava, jefes de clan
como Julen Rementería y Miguel Ángel Yunes; dirigentes de partido como Eduardo
Carreón, Fidel Robles y Antonio Luna; y hasta juniors de pseudolíderes, como
Marco Antonio del Ángel Arroyo, hijo de César del Ángel, el dirigente del infumable
“movimiento” de los 400 Pueblos.
Estos
personajes van a ser, seguramente, próximos diputados. ¿Usted se siente
representado por ellos? Nosotros tampoco.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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