VALEMADRISMO OFICIAL
Cuando
se denuncia sin cesar, a través de un espacio periodístico, una situación
anómala, un problema que aqueja a la comunidad o un acto de corrupción por obra
u omisión, y no pasa nada, no hay respuesta alguna de parte de la autoridad, y en
cambio el problema subsiste y crece, llega uno a cuestionarse si sirve para
algo este oficio.
Xalapa,
la capital del estado de Veracruz, padece desde hace un tiempo un severo
problema de seguridad, del que en este espacio ya se ha dado cuenta en otras
ocasiones. Pero en las últimas semanas, los delincuentes han tomado
prácticamente el control de las calles de la ciudad, ante la incapacidad –o la
complicidad– de la policía estatal, que es la encargada de “proteger y servir”
a los xalapeños desde que fue desaparecida la corporación intermunicipal.
Hay
asaltos a transeúntes a plena luz del día, a mano armada, en el mismo centro de
la ciudad. Se han incrementado de manera exponencial los atracos en casa
habitación. Los secuestros de menores de edad no cesan. Dejar un automóvil
estacionado en la calle es un albur, pues no se sabe si al regreso se le
encontrará completo, o si se le encontrará siquiera. Salir de noche puede
implicar ser perseguido por maleantes por las calles, mientras las
“científicas” “fuerzas del orden” mejor hacen su agosto en el alcoholímetro
extorsionando jovenzuelos ebrios.
¿Qué
carajo hace la autoridad? Es un misterio, por decirlo amablemente. El
secretario de Seguridad Pública del estado, Arturo Bermúdez Zurita, se ufana ante
empresarios –fuertemente custodiado– de que en Veracruz se redujeron los
delitos “de alto impacto” y que la entidad se encuentra en un “término medio a
medio bajo” en su incidencia, comparada con otros estados.
Y
mientras dice eso, los ciudadanos sufren la pérdida de sus pertenencias a unos
cuantos metros de donde el funcionario departe con los hombres de negocios,
rodeado de una nube de “guaruras”.
Ninguna
ciudad del estado está a salvo. En Orizaba, por ejemplo, secuestran a comerciantes
y los obligan a “vender” o “traspasar” sus negocios a los “malos”, a los ojos
de todo mundo. Bueno, ni los ricos dueños de los medios se escapan, como el
concesionario radiofónico Félix Malpica, al que recientemente le robaron su
auto de lujo en el puerto de Veracruz.
Pero
a pesar de lo que se publica, de lo que se denuncia, de lo que se reclama a
viva voz, no pasa nada. La autoridad se empecina en su discurso de la
“prosperidad” y el “Veracruz seguro”. Como los niños que creen que, con cerrar
los ojos, la realidad que no les gusta, no sucede. Pasa lo que en el salinismo,
tan de moda actualmente: “ni nos ven, ni nos oyen”.
Por
esa razón, no falta quien sugiera que, ante la incapacidad gubernamental, los ciudadanos
tomen en sus manos su propia seguridad y se armen para repeler a punta de
balazos a quienes atentan contra su tranquilidad y su patrimonio.
Xalapa
y varias ciudades más se les caen a pedazos a los gobiernos estatal y
municipales. Pero está visto que eso, les vale madres absolutamente.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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